«El terrorismo que quieren imponer es disparar (a los que protestan) y que la gente tenga la certeza de que si es herida, no va a tener quien lo atienda; y por otra parte, la persecución a los médicos es para que desistamos de atender a la población», afirma Pineda en una entrevista en Madrid.
Exiliado en Costa Rica desde agosto del año pasado, el doctor visita España para denunciar esa situación, agravada tras la ola de protestas que se desencadenó en abril pasado contra una reforma de la seguridad social, que ha derivado en una grave crisis política.
Desde entonces, ha habido 325 muertos por las protestas, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque algunos grupos locales de ayuda humanitaria elevan la cifra a 561, mientras que el Ejército solo reconoce 199.
Según el médico nicaragüense, el Gobierno de Ortega, que ha calificado como «régimen criminal», respondió a las protestas «con una orden de matar» y para ello usó a francotiradores y fuerzas paramilitares, mientras impedía que se atendiera a las víctimas en los hospitales.
Miembro de la Unión Médica Nicaragüense, organización creada a raíz de las protestas para unir a los médicos involucrados en la ayuda a la población, Pineda denuncia que más de 300 personas del sistema sanitario de su país han sido despedidos desde abril.
Además, cientos de médicos y estudiantes de Medicina están encarcelados o huidos de Nicaragua.
Esa situación provoca «un desastre sanitario» que afecta a todo tipo de pacientes.
«Al régimen hay que achacarle no sólo las muertes por disparos, también las que ha habido y puede seguir habiendo porque el sistema sanitario es un desastre».
«Nos están matando», denuncia.
Respecto a las conversaciones que comenzaron el pasado día 27 entre el Gobierno y la oposición, Pineda las considera que «sin validez», ya que las personas que participaron en el primer proceso de diálogo en agosto pasado están encarceladas.
«No puede estar llamando a un dialogo, apresando a los líderes y volviendo a llamar a otro diálogo», explica el médico en alusión al Gobierno de Ortega.
Además, mientras no existan observadores internacionales y garantes de los acuerdos, el proceso es «una payasada», dice.
Asimismo denuncia que las autoridades hayan publicado los datos personales de los casi cien presos liberados de las cárceles al comienzo del proceso de diálogo para ponerlos en arresto domiciliario, y teme por la seguridad de todos ellos.
Pineda establece claros vínculos entre la situación de Venezuela y la de Nicaragua y considera que la crisis de ambos países «es la misma».
«Estamos absolutamente seguros de que si cae (Nicolás) Maduro cae (Daniel) Ortega. Es un efecto dominó», concluye.
El médico nicaragüense se ha mostrado optimista sobre el papel que pueden tener en la resolución del conflicto de su país los diputados del Parlamento Europeo, un grupo de los cuales visitó Nicaragua el pasado mes de enero para conocer la situación.
«Les decimos que no se dejen engañar por este diálogo, que no se dejen engañar por la falsa liberación de presos políticos», afirma, y les pide que «agilicen el paso porque hay gente que está muriendo, que esta siendo torturada en las cárceles».
Pineda, miembro de la Confederación Médica Latino-Iberoamericana y del Caribe (Confemel), ha asistido en España al III Congreso de Cooperación Internacional de la Organización Médica Colegial española, donde ha explicado la crisis de Nicaragua y la necesidad de la solidaridad de los médicos españoles y de la sociedad civil.
Antonia Méndez Ardila