Telefónica en la última década ha sido el principal proveedor del Estado de los servicios de telecomunicaciones (también está entre los más grandes entre todos los sectores) y planteaba mantenerse así, aun cuando tenía en Bitel un nuevo e intenso competidor en precios.
Según la firma española, en los últimos dos años había ganado más del 60% de los concursos, desde ministerios hasta municipalidades, pasando por Sunat y Essalud. En el 2017 ganó el 63% de los procesos (174 de 275 concursos) en los que participó y el 2018 el 69% (218 de 317 procesos). Para el 2019 tenían ya en el primer trimestre el 58% ganado (38 de 66).
Donde no era un fuerte proveedor era en los grandes proyectos de infraestructura que se licitaron en Proinversión en los últimos cinco años. La Red Dorsal ( US$330 millones) estuvo a cargo de la mexicana Azteca y las 21 redes regionales (unos US$1,800 millones) están en manos de varias empresas, siendo la más grande GIlat con unos US$549 millones. Telefónica solo tiene una red en Lambayeque (US$59 millones).
Se esperaba que la Red Dorsal y las regionales ya estuvieses atendiendo a diversidad de entidades estatales, colegios y postas. Pero dados los retrasos, el Minedu, por ejemplo, todavía acude a la OSCE para contratar servicios de Internet y ahí concursan los operadores móviles, como Bitel y Telefónica. Pero Telefónica po podrá hacerlo por seis meses.
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