El general Manuel Ricardo Cristopher Figuera, ex director del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, Sebin, llegó a Estados Unidos e hizo nuevas acusaciones en contra de Nicolás Maduro y su gabinete.
En declaraciones ofrecidas al diario The Washington Post, el ex jefe de inteligencia nacional hizo un recuento de cómo se elaboró el plan que culminó con el 30 de abril en la Base Aérea de la Carlota.
Figuera explicó que las conspiraciones en contra de Maduro dentro de la cúpula militar empezaron el 28 de marzo mediante el liderazgo de un médico de 39 años de edad, identificado como César Omaña, quien entró en su oficina con la intención de reclutarlo.
Omaña era amigo cercano de una de las hijas de Chávez y otros oficiales de alto rango leales a Maduro, así como miembros clave de la oposición.
“Le dije: ‘Dime algo que yo no sepa’. Hablamos de Suráfrica y Mandela. Y eventualmente hablamos de un plan inicial, una ley de reconciliación. Convencer a Maduro de irse. Yo le dije que estaba listo para ver salir a Maduro”.
El ex funcionario sostuvo que en febrero de este año un grupo de empresarios venezolanos, incluido Raúl Gorrín, habían acordado un plan para lograr que las autoridades del Tribunal Supremo de Justicia estuviesen de su lado. Según el plan, el presidente del TSJ, Maikel Moreno, emitiría una sentencia que recuperaría la autoridad de la Asamblea Nacional.
Figuera aseguró que Moreno pedía 100 millones de dólares para “asegurar los votos en la corte y crear su propia red de seguridad”.
“Nunca vi la situación del país y la corrupción del gobierno tan de cerca como la vi en mis últimos seis meses. Entendí que Maduro es la cabeza de una empresa criminal. Su propia familia está involucrada”, afirmó.
Figuera dijo que comprobó casos de lavado de dinero que involucraban al entonces vicepresidente Tareck el Aissami.
Reiteró que obtuvo datos de inteligencia que indicaban que grupos irregulares estaban operando en Venezuela bajo el brazo protector del régimen, entre ellos, miembros del grupo guerrillero colombiano ELN. Además, el también ex jefe de seguridad de Chávez indicó que obtuvo información de que Hezbolá tenía lazos en Maracay, Nueva Esparta y Caracas, en relación con negocios ilícitos para financiar operaciones en el Medio Oriente.
Recordó que en una reunión con Iris Varela, la ministra de Asuntos Penitenciarios, y Vladimir Padrino López, el ministro de Defensa, ella pedía 30.000 rifles para inaugurar su propio ejército privado.
«Dijo que tenía entrenados a varios prisioneros. Ella era su comandante”, añadió.
El ex funcionario señaló que durante los apagones de marzo, Maduro se tranquilizó luego de recibir una llamada del ex presidente de Cuba Raúl Castro.
“Castro había prometido enviar un equipo de técnicos cubanos para ayudar a resolver el problema. Raúl era como un asesor para Maduro”, agregó.
Figuera indicó que el levantamiento militar que se desarrolló en La Carlota estaba planeado para el Primero de Mayo, pero que se adelantó porque oficiales de la oposición obtuvieron información de que Guaidó podía ir preso.
“Los colectivos de Maduro estaban preparando un ataque sanguinario en contra de la protesta del Primero de Mayo”, añadió.
Figuera afirmó que en el plan también estaba conspirando Padrino López, quien apoyaría la sentencia que iba ser emitida por el TSJ.
Señaló que Moreno estaba listo para sacar la sentencia el 30 de abril, pero después de ver el escepticismo de Padrino el plan no se llevó a cabo como estaba previsto.
Sobre las detenciones de los presos políticos en Venezuela, Figuera aseguró que está arrepentido de no haberlos liberado cuando aún matenía el cargo en el Sebin.
«Hay gente que está secuestrada y detenida injustamente. Yo tengo deuda con esa gente. Allí hay personas que tienen cáncer. Hay una muchacha que tiene una condición especial», dijo. Apareció así en la entrevista que ofreció Figuera al Washington Post
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