Familiares de cuatro oficiales venezolanos que fueron arrestados por la Dirección de General de Contrainteligencia Militar denunciaron que son presionados bajo amenaza de muerte para que guarden silencio.
Las personas indicaron que los detenidos fueron encarcelados por el régimen de Nicolás Maduro por estar presuntamente vinculados a un plan de rebelión en su contra. Los parientes detallaron que hace 10 días perdieron todo tipo de contacto con los detenidos —un coronel, dos tenientes coroneles y un capitán de navío— luego de que los prisioneros exigieron a las autoridades que permitieran el ingreso de los representantes de la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU a las instalaciones de la Dgcim.
Los familiares de los militares aseguraron que luego de conocerse la muerte del capitán de fragata, Rafael Acosta Arévalo, prefieren guardar silencio.
La diputada a la Asamblea Nacional, Delsa Solórzano, indicó que los familiares del teniente coronel Igber Marín Chaparro (Ejército), el teniente coronel Ruperto Molina (Aviación), el capitán de Navío Luis de la Sotta (Armada) y el coronel Juan Francisco Rodríguez Dos Ramos (Guardia Nacional Bolivariana) no quieren hablar porque tienen temor de ser asesinados.
Uno de los familiares de los militares detenidos, que vive en Venezuela, confirmó al diario el Nuevo Herald que han sido amenazados.
“No puedo dar declaraciones. Estamos bajo amenaza. Todos los familiares de los militares estamos igual. Temo por él y por mi familia. Espero puedan entenderme”, dijo. Sin embargo, Molly de la Sotta, residenciado en Estados Unidos, accedió a hablar con el Nuevo Herald sobre la situación de su hermano, el capitán de navío Luis de la Sotta.
“La mayoría de ellos están enfermos porque no reciben sol, no reciben aire natural, no reciben tratamiento médico. Luis tiene bastante temor. Estar en un sótano, encerrado, con esa gente amenazando es estresante”, señaló.
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