Mientras, la salud física y psicológica de los 134 inmigrantes que se encuentran a bordo del barco empeora con amenazas de suicidio, conatos de violencia, que les han llevado a una situación límite, por lo que necesitan ser evacuados de forma inmediata.
Así lo ha asegurado la ONG española ProActiva Open Arms, en las redes sociales, donde su fundador, Óscar Camps, ha anunciado que va a informar a España (al Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo) de la situación de «completo desamparo» en la que se encuentra el buque, de bandera española.
La nave lleva desde primeras horas de ayer fondeando frente a las costas de Lampedusa sin poder atracar tras haber pasado 14 días en alta mar y pese al fallo judicial que anuló la prohibición de Salvini que le impedía entrar en aguas italianas aludiendo «la situación de gravedad y urgencia excepcionales» de los inmigrantes.
Pese a ello, el ministro italiano sigue enrocado en no permitir el desembarco, incluso ha dudado de que los inmigrantes requieran asistencia médica y ha atacado a la ONG diciendo que en este tiempo podría haber «ido y vuelto tres veces a España».
«Nos encontramos frente a la enésima tomadura de pelo de la ONG española Open Arms, que durante días ha vagado en el Mediterráneo con el objetivo de rescatar al mayor número de personas posible para llevarlas solo a Italia», ha dicho.
Precisamente, la ministra española de Defensa en funciones, Margarita Robles, ha tildado de «muy lamentable» la actitud de Salvini y ha asegurado que «nadie puede dar lecciones de solidaridad ni generosidad» al Gobierno de Pedro Sánchez.
«No vamos a aceptar a Gobiernos extranjeros, ni al PP que hagan ningún tipo de crítica demagógica con algo tan importante como son las vidas humanas», ha dicho la ministra en declaraciones a los periodistas, en las que ha destacado que el ministro italiano «se desacredita por sí solo».
La prueba de ello, según Robles, es que incluso la ministra de Defensa italiana, a la que ella conoce, no ha aceptado los posicionamientos de Salvini y le ha puesto todo tipo de pegas».
Además de Robles, el ministro de Cultura y Deporte en funciones, José Guirao, ha querido pronunciarse sobre la actuación de España con el Open Arms y ha asegurado que ha hecho «lo que corresponde» ante el no de Italia a permitir el desembarco.
Guirao ha recordado que España se ha comprometido junto a otros cinco países europeos -Francia, Alemania, Luxemburgo, Rumanía y Portugal- a acoger a los inmigrantes y lo ha hecho por una «cuestión de ley internacional, no sólo humanitaria», ofreciéndose «solidariamente» a atenderlas si el gobierno italiano «permite» que entren en su país para luego ser trasladados al resto.
Ya algunas comunidades autónomas se han mostrado dispuestas a colaborar en la acogida, la última que lo ha hecho ha sido Andalucía, cuyo presidente autonómico, Juanma Moreno, ha condicionado su disponibilidad a un acuerdo global de todas las autonomías, al tiempo que ha instado a «dejar de utilizar la inmigración con demagogia».
Previamente se habían ofrecido a participar en la acogida Cantabria, País Vasco, Cataluña, Extremadura, así como los ayuntamientos de las ciudades de Valencia y Cádiz.
Por su parte, Ciudadanos ha considerado «oportuno» que España acoja a estas personas pero ha reclamado una política conjunta de la UE.
Mientras, en Médicos Sin Fronteras cunde la preocupación por los 103 menores que viajan en el buque Ocean Viking, con 356 migrantes rescatados en aguas del Mediterráneo y que espera frente a las costas de Malta e Italia desde hace ocho días un puerto seguro para su desembarco.
En declaraciones a Efe, la responsable de Relaciones Externas de Médicos Sin Fronteras, Raquel González, ha explicado que «en el estado actual de los rescatados no hay por el momento ninguna emergencia médica que requiera una evacuación urgente», pero ha alertado sobre la situación de los menores, sobre todo de los 92 niños que están solos, sin un adulto de referencia.
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