El escenario no fue más ostentoso que el que se puede observar a diario en sus conferencias de prensa matutinas. Una mampara con la leyenda: «Tercer Informe de Gobierno al Pueblo de México» fue lo único que enmarcó al mandatario, de pie en el podio, el cual también fue el mismo que utiliza para los eventos oficiales.
Banderas colgadas en los flancos del Patio de Honor de Palacio Nacional fueron el único ornamento del evento considerado el más relevante para un Presidente de México, en el que puede dar cuenta de los logros alcanzados en su administración. Los 600 invitados ocuparon sus lugares, aunque algunas sillas quedaron vacías.
La primera fila estuvo ocupada por los integrantes de su gabinete, así como por sus hijos y su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, además de gobernadores, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y titulares de organismos autónomos, como el fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez.
Más atrás se encontraban invitados especiales y empresarios que han estado cerca del gobierno de la Cuarta Transformación, como el presidente del Grupo Carso, Carlos Slim, y los presidentes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar, y del Consejo Mexicano de Negocios, Antonio del Valle.
No obstante que fue mencionado por el presidente en su mensaje, se notó la ausencia del empresario Carlos Bremer, quien compró la residencia asegurada al empresario Zhenli Ye Gon por 102 millones de pesos, recursos que fueron designados para los atletas que participaron en los Juegos Panamericanos 2019.
El discurso, emitido también ante 150 representantes de medios de comunicación de los 570 acreditados en total, también estuvo ausente de formalidades, pues el Ejecutivo federal utilizó frases coloquiales que usualmente expresa en sus mítines y actos al interior de la República.
Durante una hora con 35 minutos, y ante la cercanía de los patios del Palacio Nacional con la vía pública, se escucharon consignas en favor, porras y vivas para López Obrador de parte de simpatizantes reunidos frente a la puerta principal del recinto.
Quedaron atrás las expresiones en contra, las interpelaciones o pancartas criticando la administración, como ocurría en sexenios anteriores, y las únicas 40 interrupciones del discurso dirigido al pueblo de México fueron por los aplausos de los asistentes.
En una ocasión, el mismo presidente solicitó aplausos para los mexicanos en Estados Unidos, a quienes llamó héroes vivientes, pues este año enviaron remesas a sus familiares por más de 16 mil 845 millones de dólares, el monto más alto que -destacó- se haya registrado en la historia del país.
Para finalizar el acto se entonó el Himno Nacional. Los asistentes fueron abandonando el recinto de manera tranquila, como se hace en cualquier evento oficial, en el que sólo los integrantes de la Ayudantía coordinaban el orden y la seguridad. Hubo algunas fotos, diálogos, sonrisas y luego, de nueva cuenta, el Patio de Honor fue retomando su imagen habitual.
Estrella Digital