En desafío a la prohibición, que entrará en vigor la medianoche de este viernes, los manifestantes con máscaras de todo tipo levantaron barricadas en el centro del distrito comercial de Hong Kong y protestaron contra la legislación anunciada poco antes por la Jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, coreando eslóganes como “Hong Kong, resiste”.
Otra multitud de personas, con la cara cubierta para ocultar su identidad, también levantó barreras en el distrito de Kowloon Tong, mientras cientos de manifestantes hacían una sentada en un centro comercial de Sha Tin, informó el canal televisivo RTHK.
Los manifestantes provocaron cortes de tráfico o el cierre de tiendas en una jornada que se tornó tensa desde que Lam anunció su controvertida medida.
Decenas de internautas exhortaron a los hongkoneses a salir a las calles de Hong Kong para sumarse a la protesta contra la controvertida prohibición, que podría acabar por tensar aún más la situación en la excolonia británica.
Bajo la creciente presión de sus aliados políticos para detener cuatro meses de protestas antigubernamentales, la jefa del ejecutivo impuso la prohibición al invocar una ley de emergencia de la era colonial para declarar delito cubrirse el rostro para ocultar la identidad, informó South China Morning Post.
“La ley no implica que Hong Kong esté en estado de emergencia», aseguró Lam en una conferencia de prensa, en la que explicó que “no es una decisión fácil prohibir las máscaras, pero es una decisión necesaria», que servirá de disuasión a la conducta extremista.
La medida tomada este viernes constituye como delito el uso de máscaras bajo penas de hasta un año de prisión y multas de hasta 25 mil dólares hongkoneses (3.188 dólares).
China apoyó al gobierno de Hong Kong para que prohíba el uso de máscaras durante las protestas, una decisión que considera «extremadamente necesaria».
Sin embargo, la cancillería de Taiwán mostró su preocupación por la ley que podría “violar los derechos y libertades individuales”, mientras el ministro británico de Exteriores, Dominic Raab, advirtió al gobierno hongkonés sobre el peligro de “agravar” las tensiones y pidió a Lam que apueste por el diálogo político.
Las manifestaciones comenzaron el 9 de junio pasado en oposición a un proyecto de ley que permitiría las extradiciones a China, pero el movimiento se transformó en una denuncia por el recorte de libertades y la falta de reformas democráticas, en el mayor desafío de la excolonia británica desde la Revolución de los Paraguas de 2014.
A pesar de que la jefa del gobierno de Hong Kong retiró el 4 de septiembre pasado el proyecto de ley, los manifestantes mantienen las movilizaciones, exigiendo amnistiar a los detenidos durante las protestas, iniciar una investigación independiente sobre el excesivo uso de la fuerza policial y relanzar reformas políticas.
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