El Nobel de la Paz recompensó este viernes al primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, artífice de la asombrosa reconciliación entre su país y Eritrea, y de reformas que quieren cambiar radicalmente a este país africano, castigado por el autoritarismo durante años.
Abiy, de 43 años de edad, recibe el prestigioso galardón «por sus esfuerzos para lograr la paz y la cooperación internacional, particularmente por su iniciativa decisiva destinada a resolver el conflicto fronterizo con Eritrea», declaró la presidente del Comité Nobel, Berit Reiss-Andersen.
El premio significará un impulso para el dirigente, que aún no ha concluido su tarea y se enfrenta a una creciente ola de violencia entre diferentes grupos de su país, que tiene previstas elecciones legislativas en mayo de 2020.
«Honrado» y «feliz» por el reconocimiento, Abiy Ahmed agradeció «un premio otorgado a África». «Me imagino que otros líderes de África pensarán ahora que es posible trabajar en los procesos de construcción de paz en nuestro continente», dijo el joven dirigente etíope, en una breve conversación telefónica con las instituciones del Nobel.
El premio también quiere «expresar un reconocimiento a todos los actores que trabajan por la paz y la reconciliación en Etiopía y en las regiones del este y noreste africanos», agregó la responsable.
El Comité Nobel subrayó especialmente la labor del presidente de Eritrea, Issaias Afworki. «A la paz no se llega únicamente gracias a las acciones de una sola persona. Cuando el primer ministro Abiy tendió la mano, el presidente Afwerki la aceptó y contribuyó a dar forma al proceso de paz entre los dos países», indicó el organismo.
Para el secretario general de la ONU, António Guterres, el acercamiento entre Eritrea y Etiopía es un «impulso para la estabilidad de la región». El acuerdo de paz «abrió nuevas oportunidades para la seguridad y la estabilidad en la región», dijo.
El liderazgo del primer ministro Ahmed ha brindado un ejemplo formidable a los países de África y de otros lugares que buscan superar las resistencias del pasado y dar prioridad al interés de la población», declaró Guterres, en un boletín.
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