El nuevo balance fue dado a conocer en un comunicado por la coalición internacional contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) que lidera Washington. En un principio, el Pentágono había informado que el ataque no había causado heridos; pero, ahora -después de evaluar otra vez a las víctimas- las autoridades identificaron algunos síntomas de posibles conmociones cerebrales debido a la fuerza del impacto de los misiles.
«Aunque ningún militar estadounidense murió durante los ataques del 8 de enero en la base de Ain al Asad, algunos han sido tratados por síntomas de conmociones cerebrales y todavía están siendo evaluados», indicó el portavoz de la coalición militar, Bill Urban, en un comunicado.
Así mismo, explicó que «por precaución» los militares han sido transportados desde la base de Ain al Asad, en el oeste de Irak, hasta el centro médico regional de Landstuhl, un hospital del Pentágono en Alemania. «Cuando se les consideren aptos para el servicio, se espera que los miembros regresen a Irak luego de ser evaluados», agrega el comunicado.
Cuando lanzó su ataque, la República Islámica avisó de que se trataba solo del principio de su venganza por la muerte el 3 de enero en un ataque con drones en Bagdad de Soleimaní. En ese momento, Trump optó por no responder a la ofensiva iraní con fuerza militar y, en un discurso a la nación, dijo que impondría más sanciones contra Irán.
Estrella Digital