Aviones de combate rusos «cometieron de nuevo una masacre» al bombardear el pueblo de Bala, al oeste de la ciudad de Alepo, y matar a un hombre junto a su mujer y sus tres hijos, dijo el Observatorio.
La ONG, con sede en el Reino Unido pero que cuenta con una amplia red de colaboradores sobre el terreno, aseguró que el ataque se produjo poco después de esta medianoche y apuntó que los bombardeos rusos y del Ejército sirio han continuado a lo largo de las primeras horas de este sábado también en Idlib, el último bastión opositor.
El pasado 12 de enero, Turquía, valedora de la oposición, anunció el cese de hostilidades en la vecina provincia de Idlib, una tregua que negoció con Rusia, el principal aliado del Gobierno del presidente sirio, Bachar al Asad.
Moscú, por su parte, anunció un alto el fuego el 9 de enero, también acordado con Turquía, aunque Ankara no lo confirmó hasta tres días después.
A pesar del alto el fuego del 12 de enero y el establecimiento de corredores humanitarios, la ONU denunció ayer en un comunicado que los civiles continúan siendo bombardeados por las fuerzas sirias y sus aliados por una parte, y los rebeldes y yihadistas por otra.
«Si bien es evidente que se debe alentar un alto el fuego, este acuerdo, al igual que otros en el pasado años, ha vuelto a fracasar para proteger a los civiles», dijo el viernes en un comunicado la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet.
Las fuerzas sirias, apoyadas militarmente por Rusia y por milicias aliadas, desarrollan desde el pasado abril una ofensiva en la vecina región de Idlib, prácticamente dominada por el Organismo de Liberación del Levante, una alianza islamista en la que está incluida la exfilial siria de Al Qaeda.
Desde entonces ha habido varios intentos de alto el fuego, pero ninguno ha durado más de unas semanas.
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