Las calles del barrio Al Jadriyah de Bagdad se llenaron hoy con banderas de Irak y una inmensa columna de personas que desfilaron para expresar su repudio a la presencia estadounidense tras el bombardeo del 3 de enero.
En la madrugada de ese día murieron el comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní Soleimani y varios líderes milicianos chiíes iraquíes, entre ellos, el número 2 de la milicia Multitud Popular, Abu Mahdi al Mohandes.
Pancartas escritas tanto en árabe como en inglés mostraban lemas como: «No, No, a Estados Unidos», «sí, sí a la soberanía iraquí», o «el terrorismo global se hace en los Estados Unidos de América».
Algunos manifestantes quemaron imágenes del presidente estadounidense Donald Trump, y otros levantaron sus fotos con una «X» roja tachada encima.
«Estamos a la espera de sus ordenes (de Al Sadr) para sacar a las fuerzas estadounidenses de cualquier manera que el líder quiera», indicó a Efe Sadiq Hasouna, un funcionario público de 35 años de Ciudad Sadr, el barrio chií de la capital iraquí.
El hombre afirmó que había acudido a la marcha con el «sudario», expresando su disposición a morir y asegurando que solo aguardaba las órdenes del líder Muqtada al Sadr».
Ziyad Qasim Abdullah, un chófer de 39 años, también participó en las protestas. Acudió a la llamada del clérigo chií para, según dijo a Efe, «contribuir a la presión popular para expulsar a las fuerzas de la ocupación» del país.
«No hemos obtenido nada de los Estados Unidos excepto los problemas, guerras y asedios, y fueron ellos quienes crearon conflictos sectarios en Irak y dividieron a su gente para saquear la riqueza de nuestro país», aseguró Abdullah, reclamando una verdadera reforma política y que los corruptos rindan cuentas.
«El líder Muqtada siempre ha pedido un Gobierno fuerte que trabaje para el pueblo y responsabilice a todos los corruptos, y estos son pasos importantes en la reforma política y la restauración de la soberanía».
En un comunicado pronunciado por uno de sus asesores delante de los manifestantes en Al Jadriyah, Al Sadr anunció una «pausa temporal» de la resistencia y expresó varias demandas, entre ellas, el cierre de todas las bases militares y compañías de seguridad estadounidenses en Irak.
Además, pidió la cancelación de todos los acuerdos de seguridad con «el ocupante».
Al Sadr dijo que recurrirán a todos los medios pacíficos hasta que se cumplan estas demandas y salga todos los soldados hasta el último de Irak.
Estados Unidos y otros países mantienen tropas en varias bases militares en Irak, como parte de la coalición internacional para luchar contra el grupo yihadista Estado Islámico, que controló amplias partes del país desde 2014 hasta que el Gobierno declaró su derrota en 2017.
Días después del bombardeo en el que murió Soleimaní, el Parlamento aprobó comenzar el proceso para la salida de las tropas estadounidenses del país pese a que aún hay gran actividad del EI en el noreste del país.
«Si Estados Unidos cumple con estas demandas entonces no es un país agresor (…) y si viola las condiciones y el tiempo especificado será un país hostil», manifestó hoy Al Sadr, que respalda la mayor alianza de partidos políticos en el Parlamento.
Al Sadr encabezó el grupo armado el Ejército al Mahdi tras la invasión estadounidense de Irak en 2003 y luchó contra las tropas de EE.UU. durante años antes de congelar la actividad de esta milicia tras la marcha de las fuerzas norteamericanas en 2011.
Sin embargo el clérigo chií no está alineado con Irán e incluso ha apoyado las protestas populares que estallaron en el país el pasado octubre, contra el Gobierno y la presencia foránea en el país, incluyendo la iraní.
La máxima autoridad religiosa chií de Irak, el casi nonagenario ayatolá Ali al Sistani, reafirmó hoy en un comunicado «la necesidad de respetar la soberanía de Irak, la independencia de su decisión política y su unidad territorial y popular»
Además, el ayatolá, que ha apoyado las protestas contra el Gobierno que arrancaron el 1 de octubre, aseguró que los ciudadanos «tienen plena libertad de protestar pacíficamente».
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