«En nuestra recomendaciones a los jefes de Estado y de Gobierno nos referimos a ello de manera muy específica diciendo que recomendamos que las restricciones temporales no se apliquen a quienes necesitan protección internacional o tienen otra razón humanitaria» para pedir asilo, ha indicado en una rueda de prensa este martes en Bruselas el portavoz comunitario de Interior, Adalbert Jahnz.
El Ejecutivo comunitario pidió el lunes a los Veintisiete que se prohíba la entrada a los extranjeros no residentes en la Unión Europea durante al menos un mes, como medida para tratar de frenar el contagio masivo del virus Covid-19, que afecta ya al menos a 61.098 personas en Europa.
Se trata de una acción que tendrá exenciones para diplomáticos, transportistas y médicos e investigadores, entre otros, y que Bruselas ha pedido que no impida el acceso a las solicitudes de asilo por parte de refugiados.
Francia ha dicho ya que cerrará su frontera exterior a partir de mediodía y queda por ver cuándo lo hacen el resto de Estados miembro si todos acuerdan seguir la recomendación de Bruselas, dado que la gestión de las fronteras es una competencia exclusiva de las autoridades nacionales.
De manera general, ha añadido el portavoz comunitario, las medidas que pongan en marcha los gobiernos europeos para contener el contagio del coronavirus deben «estar basadas en evaluaciones de riesgo y opiniones científicas» y ser «proporcionadas».
Asimismo, toda restricción debe respetar el principio de «non-refoulement», en referencia al no realizar devoluciones en caliente, y cumplir con las obligaciones para con el Derecho internacional.
Además del cierre de la frontera exterior de la Unión Europea, varios países han restaurado los controles interiores en el espacio Schengen, como hizo España la pasada madrugada, para cerrar también el paso en su frontera interior.
A falta de que Bruselas reciba la notificación de España y Francia, los Estados del espacio sin fronteras Schengen que han restaurado los controles son Austria, República Checa, Dinamarca, Estonia, Alemania, Hungría, Lituania y Polonia, más Noruega y Suiza.
Las reglas del Código de fronteras Schengen para la libre circulación en este espacio obligan a los países que reintroducen controles temporales en la frontera interior a notificar esta medida al Ejecutivo comunitario y a informar al resto de socios. Bruselas puede evaluar después la aplicación de las normas pero no puede frenar al Estado miembro de imponer estos controles.
Las normas del código Schengen permiten a los Estados miembro reintroducir controles en la frontera interior con carácter temporal y si responde a una «amenaza grave para el orden público o la seguridad interior». Este refuerzo puede aplicarse durante un periodo inicial de diez días prorrogable hasta un máximo de dos meses.
Aunque esta definición no menciona el riesgo que plantea una pandemia, desde Bruselas han explicado en las últimas semanas que las crisis de salud pública encajarían en el supuesto de amenaza para el orden público, abriendo así la puerta a los países a tomar medidas por el coronavirus, aunque la Comisión haya insistido hasta ahora que no veía necesario ni eficaz el cierre de fronteras.
El Ejecutivo comunitario mantiene sin cambios desde el inicio de la crisis del coronavirus su opinión de que el cierre de las fronteras interiores no es la medida más adecuada para intentar contener la propagación de la pandemia y hace constantes llamadas a los países de la UE a coordinar sus movimientos.
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