El decreto firmado por el presidente Jair Bolsonaro y publicado este sábado asegura que los gobiernos regionales y municipales solo pueden ordenar el bloqueo de terminales o vías de transporte con la autorización de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), un órgano regulador vinculado al Gobierno nacional.
A pesar del mencionado documento, los pasajeros extranjeros y brasileños esperan en el aeropuerto internacional de Río de Janeiro algún vuelo que los retorne a sus países de destino.
Con la crisis desatada por el coronavirus en Brasil, varios turistas han estado durmiendo en el aeropuerto durante días, esperando la decisión de regresar a sus hogares después de que se cancelaron varios vuelos.
El líder ultraderechista, que en los últimos días ha insistido en que la economía no puede parar y que es necesario garantizar el transporte de cargas en todo el país y de productos necesarios para combatir el coronavirus, ha criticado medidas de las gobernaciones para aislar a sus regiones.
El decreto de Bolsonaro garantiza el funcionamiento normal de servicios públicos y actividades esenciales, así como la circulación nacional de alimentos y productos básicos para la población, incluyendo medicinas y equipos necesarios para combatir el coronavirus.
Entre los servicios y las actividades consideradas como “esenciales” por el Gobierno y que no pueden ser suspendidas, según el decreto, figuran, además de servicios médicos y hospitalarios, “el transporte entre municipios y estados y el internacional de pasajeros”.
La decisión deja sin efecto parte de los decretos sancionados el pasado jueves por el gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, que determinaban la suspensión de viajes aéreos y terrestres destinados a Río desde lugares que hayan declarado emergencia por el coronavirus
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