El Gobierno ha dispuesto la cuarentena total por 15 días en el país y el toque de queda desde las 8 de la noche hasta las 5 de la mañana durante todos los días que dure la medida de excepción ante los casos de coronavirus.
Sin embargo, y pese a la gravedad de la situación, muchas personas no acatan la medida y terminaron jugando partidos de fútbol, surfeando o saliendo a correr en medio de la crisis. Como si nada pasara.
Desde el autogolpe de 1992 no se veían tanquetas y militares en las calles del país, aunque esta vez la situación es completamente diferente, ahora el enemigo tiene en alerta al mundo entero.
Desde el Ejecutivo se han dispuesto órdenes para la supervisión de la cuarentena a través de la PNP y las Fuerzas Armadas y el número de detenidos por infringir la ley llega a miles.
«Pese al llamado que hemos hecho hay ciudadanos y muchos vehículos particulares que circulan, no toman conciencia», dijo horas antes de imponer la inamovilidad nocturna el titular de Defensa, Walter Martos.
Los encargados de hacer que las reglas se cumplan son los policías y soldados que están en las calles y que, cuando llegan a los cuarteles, duermen uniformados y con el arma al lado para volver en cualquier momento a sus puestos.
Todos ellos descansan a dos metros de distancia y desinfectan frecuentemente sus equipos e indumentaria. Algunos trabajan en las calles, otros en hospitales y en diferentes zonas del país.
A partir de las 8 de la noche, desde cada casa o desde los departamentos de los edificios se escuchan aplausos y vivas al personal del orden y médicos y enfermeras quienes no descansan durante esta cuarentena.
Lo que piden todos, más que aplausos, es que la gente se quede en sus casas. Son personas que arriesgan sus vidas para devolverle al país la tranquilidad ante un virus que nos tiene amenazados.
Estrella Digital