La ONG Socios En Salud (SES), resalta la alta prevalencia que esta patología aún tiene en el mundo y nuestro país, y recalca la importante de garantizar que los servicios y operaciones esenciales para hacer frente a los problemas de salud prevalentes, continúen protegiendo la vida de las personas con TB y otras enfermedades o condiciones de salud, sobretodo en momentos de pandemia de COVID-19.
Si bien la incidencia mundial de la tuberculosis viene disminuyendo cada año, en el Perú los casos de TB multidrogo resistente (TB MDR) y TB extensamente resistente (TB XDR) vienen en aumento. Según la Organización Mundial de la Salud – OMS, nuestro país representa el 13 % de los casos de la región con 32 000 casos nuevos notificados durante el 2019, aunque se estima que la cantidad reales de casos es mucho mayor de acuerdo a la incidencia estimada para el país por la OMS de 120 casos por cada 100 mil personas.
Leonid Lecca, Director General de Socios En Salud, menciona que “Solo en Lima y Callao se concentra el 75 % de los casos de TB MDR Y TB XDR, los tipos más mortales de esta enfermedad. A pesar de tener una tasa de curación alta de la TB XDR por encima del 75 % en el país gracias a la introducción de nuevas drogas orales (Iniciativa endTB realizada y liderada en el país por el Ministerio de Salud en alianza con la asistencia de Socios En Salud), uno de los factores preocupantes es el aumento de la resistencia a los fármacos habituales, además del reto de mantener una adecuada adherencia en los pacientes quienes reciben largos tratamientos -entre 18 y 24 meses-, que ahora es un mayor desafío ante las medidas de aislamiento social contra el COVID-19, que podrían interrumpir el tratamiento de los pacientes con TB si es que no se toman las medidas y precauciones del caso, sobretodo del lado de los servicios de salud.
Cabe señalar que la TB ataca aproximadamente a 10 millones de personas de la población mundial y que 1,4 millones fallecen cada año a consecuencia de ella, incluyendo una de las poblaciones de más alto riesgo como los infectados con el virus de VIH.
Del mismo modo, el también médico epidemiólogo manifestó que “las personas enfermas con COVID-19 y TB muestran síntomas similares como tos, fiebre y dificultad para respirar. Si bien, las dos enfermedades atacan principalmente a los pulmones y, ambos agentes biológicos se transmiten principalmente a través de contactos cercanos, el período de incubación desde la exposición a la enfermedad es más largo y suele presentar un inicio más lento en la TB, respecto al COVID-19”
No obstante, se prevé que las personas enfermas con TB y COVID-19 pueden tener resultados desfavorables en el tratamiento, especialmente si el tratamiento de la TB se interrumpe. Se recomienda que los pacientes con TB deben tomar las precauciones recomendadas por las autoridades de salud para protegerse del COVID-19, y se solicita a los servicios de salud adoptar estrategias como el uso de tecnología para la supervisión y cumplimiento diario de la toma del tratamiento. Asimismo, la provisión de tratamiento preventivo de la TB debe mantenerse como sea posible ya que beneficia tanto a los pacientes y al control de la epidemia de TB, como a reducir el impacto negativo de la pandemia del COVID-19.
“En medio del miedo generalizado de la población, debemos evitar la estigmatización o discriminación de las personas afectadas por cualquiera de estas condiciones, a través del respeto a la confidencialidad y la protección de sus derechos humanos, entre otras acciones”, finalizó.
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