Estados Unidos ofreció 15 millones de dólares de recompensa por Nicolás Maduro luego de acusarlo de narcoterrorismo, aumentando así la presión sobre el presidente de Venezuela, pero especialistas no vislumbran que ello abra salidas a la interminable crisis del país.
La AFP explora posibles escenarios después de la acusación, que ocurre cuando la pandemia del coronavirus paraliza la colapsada economía venezolana.
¿Fractura o cohesión chavista?
Las millonarias recompensas ofrecidas el jueves por el Departamento de Justicia por información que permita detener a Maduro y otros altos jerarcas venezolanos como Diosdado Cabello, intentan fracturar la estructura de mando chavista, coinciden expertos.
«Es una partida de billar. Se pone la bola en juego, choca con otras bolas y estas bolas chocan con otras, generando reacciones», comenta el politólogo Luis Salamanca.
La acusación de narcotráfico, agrega, pone a rodar una bola en los círculos de poder que podría derivar en tensiones internas.
Fracturar el entorno de Maduro ha sido el mayor objetivo de Juan Guaidó desde que juró como presidente encargado de Venezuela en enero de 2019 y consiguió el reconocimiento de medio centenar de países encabezados por Estados Unidos. Pero no ha tenido éxito.
Maduro mantiene el control territorial y militar y el manejo de las arcas estatales, pese a las sanciones financieras de la Casa Blanca contra Venezuela y su industria petrolera.
Es imposible predecir si esta vez será diferente, dice Peter Hakim, de Diálogo Interamericano. Lo que parece claro es que habrá presión y estrés adicionales sobre el régimen y los militares.
Pero esa presión, considera el politólogo Ricardo Sucre, podría cohesionar el liderazgo chavista en lugar de fracturarlo.
Maduro intenta dar una imagen de fuerza. «¡Eres un miserable, Donald Trump!«, expresó, calificando de cowboy racista a su par de Estados Unidos, que lo tilda a él de dictador y prometió que aplastaría su tiranía.
El factor militar
El mensaje de Washington en apoyo a Guaidó ha estado principalmente dirigido a los militares, a la vez que Maduro denuncia constantes planes de golpe de Estado.
«Ahora se pasa de buscar el quiebre por amenazas de sanciones al ‘compro un quiebre’. Buscan ver si alguien ‘vende’ a Maduro«, dice Sucre.
La Fuerza Armada, sin embargo, renovó en un comunicado su lealtad absoluta y su inquebrantable compromiso con el mandatario chavista y otro de los inculpados, el general Vladimir Padrino López, ministro de la Defensa.
Maduro ha dado amplio poder político y económico a los militares.
Con su apoyo resistió momentos complejos, con masivas protestas en 2014 y 2017, cuando murieron unas 200 personas en medio de una violenta represión policial y militar, y después la ofensiva de Guaidó que incluyó una fallida insurrección de una treintena de uniformados el 30 de abril de 2019.
Negociación a la baja
Con la llegada del covid-19 a una Venezuela destrozada por la hiperinflación y por seis años de recesión, han surgido voces en la oposición que plantean negociaciones con Maduro para atender la emergencia.
Pero nombrar a Maduro narcotraficante sugiere que es alguien con quien ya no se puede negociar, que no solo debe ser expulsado del poder, sino que debe ser castigado, expresa Hakim, lo que socava cualquier posibilidad de contactos.
Solo aumenta los costos de salida para Maduro, apunta un informe de la consultora Eurasia Group.
Ello cuando había conversaciones en marcha para reformar el máximo organismo electoral, aunque con metas distintas.
Guaidó exige comicios presidenciales tras acusar a Maduro de ser reelegido fraudulentamente en 2018. El chavismo plantea votaciones legislativas, previstas para este año, todavía sin fecha.
Recuerdos de Panamá
Maduro es el primer líder extranjero acusado por narcotráfico por Estados Unidos después del panameño Manuel Antonio Noriega, derrocado en 1989 por una invasión militar.
Sin embargo, tal nivel de beligerancia es muy improbable en el caso de Venezuela, destaca Hakim.
«La mayoría de los países de Latinoamérica y Europa se opondrían y Maduro tiene aliados, como China y Rusia, que Noriega nunca tuvo«, añade.
Eurasia Group cree que no necesariamente viene una postura más agresiva de Estados Unidos, pues la crisis por el coronavirus, combinada con el desplome de los precios del petróleo, llevarían a una recalibración de políticas.
Podrían incluso contemplarse licencias para que empresas como Chevron surquen las sanciones.
Para Hakim, en realidad, la posición de Trump tiene motivos electorales: ganar el voto del exilio cubano y venezolano en Florida, un estado absolutamente crucial para su reelección.
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