Esta semana y ante la crisis generada por el coronavirus y la prácticamente nula actividad económica, el Ejecutivo publicó una norma que regula la llamada suspensión perfecta de labores.
Esta figura permite que las empresas afectadas por la crisis puedan suspender el pago de remuneraciones a sus trabajadores mientras no estén trabajando como consecuencia de la cuarentena.
Es, en síntesis, una especie de licencia sin goce de haber de manera temporal, hasta que las actividades vayan retomándose de a pocos.
El decreto establece que las empresas acrediten que les es imposible la aplicación del trabajo remoto, que les sea imposible compensar el tiempo dejado de trabajar y que la afectación económica de la empresa sea tal que les resulte imposible pagar la planilla.
Para que una empresa pueda plegarse a esta modalidad debe haber agotado las instancias previas: acordar con trabajadores darles vacaciones pendientes o adelantadas; acordar la reducción de la jornada laboral con reducción de sueldo proporcional o consensuar una reducción de una remuneración.
La Sunafil verificará a las empresas que cumplen con estos requisitos, si se determina que no cumplen, tendrán que restituir los días dejados de pagar y podrán recibir multas de hasta 43 000 soles.
Desde que entró en vigencia la norma y una vez publicado el reglamento, son 4835 empresas las que pidieron acogerse a esta modalidad, lo que comprende a unos 36 404 trabajadores.
Según el Ministerio de Trabajo, el 83 % de las empresas que pidieron la suspensión perfecta son microempresas con menos de 10 trabajadores.
Esta modalidad es temporal, la norma señala que no podrá extenderse más allá de 30 días después de finalizada la emergencia sanitaria, es decir, hasta el 9 de julio.
Esa fecha, todos los trabajadores suspendidos deberán regresar a sus puestos de trabajo conforme se reestablezcan las actividades de manera progresiva. Esto debe ir de la mano con un plan del Gobierno para reactivar la economía.
Estrella Digital