Desde marzo quiso retornar a Venezuela para reunirse con su familia, pero el estado de emergencia decretado en Perú por la pandemia del coronavirus se lo impidió. Hoy, Ricardo Hernández está aislado en una habitación de un hotel en Caracas. Es uno de los venezolanos que retornó a su país en el vuelo humanitario del Plan Vuelta a la Patria el pasado 8 de mayo.
Viajó desde Arequipa hasta Lima por sus propios medios, luego de enterarse que un vuelo humanitario, organizado por el gobierno de Nicolás Maduro, tenía como destino la capital venezolana.
No fue convocado por los representantes diplomáticos para abordar ese avión pero su perseverancia se mantuvo hasta el final. “Llegué a la embajada, conversé mi situación, les dije que estaba en situación de calle porque ya no tenía nada. Me dijeron: quédate por ahí para ver si falta alguien”.
De acuerdo al Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela, 210 ciudadanos retornaron a su país en medio de la contingencia de la COVID-19 ese viernes de mayo. El vuelo fue habilitado por la aerolínea estatal Conviasa, empresa sancionada por Estados Unidos.
El Plan Vuelta a la Patria es impulsado por Maduro desde hace más de dos años. Tiene como propósito retornar a los venezolanos, que se encuentren en estado de vulnerabilidad o dificultad económica, a su país.
“En el estado de emergencia dejé de percibir la única entrada de dinero que tenía y que percibía por vender mis arepas en las calles. Me compraban mis paisanos pero en esta situación ya ellos no tienen plata y casi todos se quieren ir”, expresó.
Ante la desesperación, Hernández tenía premura en llegar a Lima. “Pensé en regresarme a mi país caminando. Gracias a Dios me pude montar en ese avión y aquí estamos”, precisó.
El hombre, de 53 años, se desempeñaba como taxista en su natal Puerto Ordaz (sur de Venezuela). Tuvo que vender su auto para emprender un viaje junto a la familia a Perú hace más de un año y cinco meses. Su anhelo era buscar mejores oportunidades y huir de una de las peores crisis que puede afrontar un país.
“Hice albañilería, mecánica, limpieza y pinté casas. No me trataron mal, pero no me pagaron lo que correspondía. Me contrataron y terminaron pagándome lo que les dio la gana y cuando les dio la gana”, dijo Ricardo, quien prefirió preparar arepas y venderlas en la vía púbica.
Casos de COVID-19 en el vuelo humanitario
El retorno a Venezuela estaba cada vez más cerca, pero había mucho riesgo ante la pandemia del coronavirus. “Hubo varios puestos vacíos en ese vuelo a Maiquetía porque muchos dieron positivo con COVID-19”, cuenta Ricardo.
Antes de abordar, los venezolanos fueron sometidos a pruebas rápidas de detección del nuevo virus, de las cuales, 50 personas dieron positivo y tuvieron que quedarse en Lima, según un balance ofrecido por Maduro el pasado fin de semana.
El líder chavista detalló que tuvieron “dos días con cifras duras” tras el arribo de un vuelo humanitario. “Nos trajimos un vuelo de Perú y hasta el día de hoy, el 40% de los compatriotas que vinieron están contagiados”, remarcó.
“Nos hicieron dos test, uno en Lima y otro al pisar Venezuela. Nos enviaron a varios hoteles de la capital para cumplir la cuarentena y pasados los cinco días nos hicieron una prueba de hisopado”, dijo Ricardo a La República.
El riesgo de contraer la enfermedad aún estaba latente a medida que transcurrían los días para los venezolanos retornados. «En el hotel de al lado habían 11 (casos), en el piso de arriba 3 y uno en este piso. Yo no he dado positivo en ningún test y espero que no suceda”, manifestó Hernández, que además, entiende que puede pasar 14 días más aislado cuando le toque ser trasladado a su lugar de residencia (Puerto Ordaz).
El trato y la comida en cuarentena
Con trato respetuoso, una cama donde dormir, los tres platos de comida en el día, las plagas y hasta con calor por falta de aire acondicionado, Ricardo no se queja de las atenciones que ha recibido donde lo hospedaron por la emergencia. “En ningún momento me he sentido maltratado o recriminado”, dice.
“Aún hay muchos que quieren irse”
Nicolás Maduro anunció la activación del Plan Vuelta a la Patria tras el fallecimiento de tres ciudadanos venezolanos que decidieron regresar a su país caminando desde Perú. Los jóvenes fueron aplastados por un camión a un costado de la carretera Panamericana el pasado 1 de mayo. En el accidente también resultaron heridas otras ocho personas.
Autoridades venezolanas anunciaron que en medio de la emergencia del coronavirus serían activados los vuelos vuelta a la patria cada diez días. Hasta ahora, solo se ha efectuado uno.
Jairys Parra, representante del Movimiento de Repatriación de Venezolanos, señaló que en el censo que maneja junto con otros grupos organizados en listas y Whatsapp, al menos, 3.000 venezolanos se han registrado y han expresado el deseo de volver a su país debido al estado de vulnerabilidad en el que están. “Muchos han sido desalojados, quedaron desempleados, no tienen que comer y también hay casos de personas en situación de calle por las medidas del estado de emergencia”, describió.
Pese a mantener un listado detallado con nombres, datos y hasta el lugar de Venezuela donde desean dirigirse. Parra dijo que la embajada de Maduro les ha manifestado, en reiteradas oportunidades, que manejan su propio registro y logística para los vuelos de repatriación.
Ante los rumores de una posible suspensión de los vuelos humanitarios por la importación de casos de COVID-19 de Perú a Venezuela. La vocera insiste en que son especulaciones pero que la sede diplomática, a veces, informa de manera “disparatada” sobre el programa.
“Cómo desde Cusco o desde cualquier lugar le pides que se vayan por sus propios medios a Lima, si muchos venezolanos no tienen dinero y hasta están en situación de calle debido a la pandemia”, insistió Parra ante el requerimiento que tiene la sede diplomática con sus connacionales de ser beneficiados con el plan.
Para Jairys, los venezolanos que acuden a la embajada a pernoctar pidiendo respuesta y soluciones, en pleno estado de emergencia, no estarían desesperados si recibieran la información adecuada y si se «dejaran el misterio que tienen”.
Por su parte, la Ministra Consejera de la Embajada interina del opositor Juan Guaidó, Nancy Arellano, afirmó que están a la espera de una decisión de reapertura de fronteras para poder avanzar. “En junio se reactivará el desplazamiento hacia provincia y creemos que en ese contexto podría habilitarse un corredor humanitario entre los países de Perú, Ecuador y Colombia”, detalló.
La representante advierte que es necesario entender que “debe haber un criterio homologado” en el cual Ecuador esté de acuerdo con las medidas tomadas por Perú para garantizar el transito legal de las personas y evitar el contagio masivo de COVID-19.
“Nos preocupa el aumento de caminantes, la ausencia de protocolos y estándares de seguridad que protejan a estas personas que transitan por Perú, así como a las comunidades receptoras en medio de la pandemia”, indicó.
A Arellano le preocupa que cada día se incremente el número de caminantes venezolanos de retorno a su país en tiempos de restricciones por el estado de emergencia nacional.
Ante la ausencia de medidas de control no se puede precisar la cifra de personas que caminan hasta Venezuela.
La sede diplomática recibe reportes diarios o semanales de grupos integrados por 10, 20 y hasta 30 personas que comienzan el recorrido, detalló la representante de una embajada que no tiene recursos para habilitar vuelos de repatriación.
La pandemia golpea, aún más, a quienes salieron de la crisis humanitaria que vive Venezuela. Caminar más de 3.000 kilómetros por los costados de las carreteras de los países del sur para retornar a “casa”, parece ser la única opción de decenas de adultos, adultos mayores, mujeres embarazadas y hasta niños que buscan sobrevivir.
Estrella Digital