El gobierno de China defendió este domingo su actuación con respecto a la pandemia de coronavirus con un minucioso documento oficial en el que asegura que el Centro para el Control de Enfermedades chino informó a su contraparte de Estados Unidos de los contagios en una fecha tan temprana como el 4 de enero.
El ministro de Sanidad chino, Ma Xiaowei, dijo que «no se perdió tiempo» en compartir la información sobre el virus con la Organización Mundial de la Salud. «El gobierno chino no retrasó ni encubrió nada», agregó.
«Informamos inmediatamente a la comunidad internacional de los datos del virus. Hemos hecho una importante contribución a la prevención y control de la epidemia en todo el mundo», argumentó.
Rechazan acusaciones
El documento, de 37.000 palabras, destaca las medidas tomadas para combatir la enfermedad y mejorar la cooperación internacional. «No estoy de acuerdo con la afirmación de que las relaciones de China con otros países hayan resultado afectadas negativamente. Es falso», manifestó por su parte el viceministro de Asuntos Exteriores, Ma Zhaoxu.
«Por el contrario, las relaciones de China con la mayoría de países han mejorado y se han fortalecido tras el covid-19 (…). Unos pocos países han ido a contracorriente de la historia y han lanzado una campaña de calumnias contra China, generando rumores falsos y difundiendo un virus político por todos los medios posibles», expresó el diplomático. En respuesta, «China no ha tenido más remedio que responder ante este tipo de intento de culpar a otros», añadió.
Varios países han criticado los retrasos en el flujo de información sobre el coronavirus y la censura sobre la nueva enfermedad, lo que habría dificultado y obstaculizado la respuesta global a la pandemia. El documento presentado este domingo subraya que «China siempre ha actuado con apertura, transparencia y responsabilidad informando a la comunidad internacional sobre la epidemia de forma puntual».
China rechaza categóricamente las infundadas acusaciones de que ha ocultado información de la epidemia y las cifras de muertos.
El texto rechaza además «cualquier intento frívolo de demanda o compensación» por el coronavirus, en referencia a las denuncias presentadas en Estados Unidos y otros países por ser China el origen del virus.
Por último, el documento recoge que desde marzo y hasta finales de mayo la nación ha exportado más de 70.600 millones de mascarillas, 96.700 respiradores y 225 millones de pruebas a 200 países y regiones.
Imagen internacional
El analista político de la Universidad de Nankín Gu Su ha afirmado en declaraciones al periódico South China Morning Post que este documento «evidentemente busca responder a las extendidas críticas y minimizar el impacto de la pandemia en la imagen internacional de China».
En particular, Pekín estaría molesto por la invitación de Estados Unidos a Rusia para participar en la próxima cumbre del G-7, lo que interpreta como un intento de forjar una alianza contra la nación asiática. «Ante la creciente sensación de estar asediada, necesita garantizar a la audiencia interna e internacional que China sigue abierta y que no quedará aislada», indicó Gu.
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