Desde el laboratorio del Instituto Nacional de Salud (INS), ubicado en Chorrillos, se anunció que a partir del 31 de agosto comenzará a utilizarse un mecanismo capaz de detectar la COVID-19 en tan solo 45 minutos. Se trata de una nueva prueba molecular rápida puesta en marcha para dar abasto la capacidad del sistema sanitario ante la enorme demanda de tamizajes diarios.
La novedad, revelada esta noche en Cuarto Poder, significa un nuevo paso del país en la lucha contra la pandemia. Los científicos del INS explican que, mediante este mecanismo, se pueden procesar hasta 96 pruebas por turnos de 45 minutos, con resultados confiables que permitirán un seguimiento más eficaz del avance del virus.
Con tecnología basada en la experiencia previa de detección del Zika, un equipo del INS elaboró una prueba molecular llamada LAMP o isotérmica. En ella, se continúa recogiendo la muestra a través del hisopado, pero ya no se utilizan las complejas máquinas de la prueba molecular convencional.
“Lo importante es que este procedimiento lo puede hacer personal capacitado medianamente y no con la sofisticación de la prueba clásica del PRS”, precisó el director del INS, César Cabezas. Con ello, la prueba LAMP reduce no solo el tiempo del test, sino que además simplifica los procesos de recolección de resultados.
¿Cómo funciona? Uno de los miembros del laboratorio explicó el mecanismo. Las muestras son dispuestas en un contenedor especial que varía de temperatura para que se vea el cambio de color. “Si tenemos el reactivo que va a permitir el material genético del virus, lo único que hacemos es programar la temperatura a 65 grados por un tiempo de 45 minutos, luego de eso tenemos los siguientes resultados amarillo positivo, rojo negativo”, indicó.
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