Las autoridades aseguran que el repunte de los casos de coronavirus en la capital (pasaron de llegar a cero a mediados de julio a registrarse varias decenas diarias en la segunda mitad de agosto) justifican las restricciones que permanecerán en vigor la primera quincena de septiembre.
Desde las siete de la tarde a las cinco de la mañana las calles deberán estar vacías y vigiladas por la policía, que castigará a cualquiera que salga al exterior a pie o con su vehículo con multas entre los 2.000 y los 3.000 pesos cubanos (entre 80 y 120 dólares), monto elevado en un país donde el salario medio estatal no llega a los 45 dólares.
En el caso de los niños, ancianos y personas con discapacidad, no podrán salir a la calle en ningún momento; también se restringirá el uso de áreas recreativas y deportivas, no se podrá ingerir bebidas alcohólicas en lugares públicos y no se permitirán fiestas de ningún tipo.
Asimismo, se prohíbe en todo momento la entrada y salida a La Habana, por lo que la ciudad ha quedado incomunicada con el resto del país y solo se podrá abandonar por motivos excepcionales.
Esta disposición elimina en la práctica el traslado de los habaneros a espacios turísticos en otras provincias, con lo que serán reintegradas o aplazadas unas 2.970 reservas hoteleras, según datos del gobierno provincial.
Las restricciones incluyen también una mayor promoción del teletrabajo -según las autoridades se acogerán a esta modalidad más de 118.000 personas- y la reducción de horarios en los comercios hasta las 16:00 (hora local) de lunes a sábado y las 13:00 los domingos.
Las nuevas medidas se mantendrán más allá del 15 de septiembre en caso de que no se logre contener la propagación del coronavirus, que desde marzo ya acumula 4.065 casos y 95 fallecidos.
Este martes Cuba registró un fallecido con la enfermedad y 33 nuevos positivos, de ellos 23 en La Habana.
La capital queda sometida a estas restricciones en un momento de fuerte crisis económica y una escasez generalizada de productos básicos en toda Cuba.
En un intento de mejorar el acceso a alimentos y artículos de aseo, para estos 15 días se han habilitado 151 nuevos puntos de venta en lugares donde «escasean las ofertas», según las autoridades de La Habana.
La ciudad de más de 2 millones de habitantes, epicentro de la COVID-19 en Cuba, tuvo que cancelar su reapertura a principios de este mes debido a varios rebrotes extendidos hacia otras regiones del país.
La Habana ha sido en las últimas semanas la única provincia cubana en fase 0 o «etapa de trasmisión limitada» de coronavirus, por lo que ya estaban en vigor fuertes medidas como la suspensión del transporte público, la limitación de los accesos, el cierre de la mayoría de los servicios y el uso obligatorio de la mascarilla fuera de las casas.
En el resto de la isla, la mayoría de los territorios se encuentran en la tercera y última fase del plan nacional de reapertura, menos las cercanas Artemisa y Mayabeque donde se mantiene la fase 2, que suaviza restricciones como el uso de la mascarilla, requerida solo en lugares cerrados, activa el turismo local y restablece servicios al 50 %.
Debido a esta situación, La Habana no inició este martes el curso escolar como el resto de Cuba y tampoco prevé abrir sus fronteras hasta salir de esta crisis sanitaria
Estrella Digital