Vizcarra acudió al Congreso, aunque no estaba obligado por ley, junto a su abogado, Roberto Pereira, en el marco de una crisis que mantiene al país andino en vilo en medio de la pandemia del nuevo coronavirus y la recesión económica.
“No me corro, no lo he hecho antes y no lo voy a hacer ahora“, anunció Vizcarra al iniciar sus descargos. Luego se retiró del Congreso para dejar a su abogado en uso de la palabra.
Antes de ello, Merino pidió evitar gestos de intolerancia a Vizcarra, dirigiéndose a parte de sus colegas presentes mientras que la mayoría sigue la audiencia por Internet debido a medidas de bioseguridad por la pandemia.
El popular mandatario corre el riesgo de ser cesado por el Congreso a 10 meses del fin de su periodo, y tener un destino parecido al de su predecesor, Pedro Pablo Kuczysnki, quien tampoco pudo culminar su mandato al verse forzado a dimitir por presiones del Parlamento.
Vizcarra está acusado de instar a dos asesoras a mentir en una investigación sobre los contratos de un cantante, según unos audios filtrados hace ocho días. Esto llevó al Congreso a abrirle un juicio de destitución por “incapacidad moral”.
“La rapidez con la que se ha hecho este proceso refleja una crisis de las instituciones, que desprestigia más ante la gente el sistema democrático”, dijo a la AFP el analista político Augusto Álvarez Rodrich.
Si es cesado, tomará las riendas del país el jefe del Congreso, un político de bajo perfil casi desconocido para los peruanos.
La sesión plenaria comenzó pasadas las 10:00 am hora local, una semana después de que el Parlamento aprobara sentarlo en el banquillo por 65 votos a favor, 36 en contra y 24 abstenciones.
El debate puede durar varias horas, antes de votar si sacan o no de la presidencia a este ingeniero provinciano de 57 años de edad, sin lazos con la élite política y económica limeña.
Aunque los medios afirman que sus enemigos no contarían con los 87 votos necesarios para destituirlo, nadie puede anticipar el resultado del juicio político, pues ningún partido votaría en bloque.
En esta pugna no hay diferencias ideológicas, ya que tanto el mandatario como la mayoría parlamentaria son de centroderecha, y tampoco está en discusión el manejo de los grandes problemas de Perú: la pandemia y la recesión.
Todo parece ser una mera lucha por el poder en la que el contrato del cantante es un pretexto, según analistas y ciudadanos de a pie.
“El grueso de la población básicamente quisiera pasar la página de este incidente”, declaró a la AFP el analista político José Carlos Requena.
El Tribunal Constitucional rechazó el jueves paralizar el juicio, pero accedió a clarificar -en unas diez semanas- los requisitos para que el Congreso declare la “incapacidad moral” de un presidente, pues la carta magna no lo precisa
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