Como explica el digital, «los delegados que Moscú envía a sus embajadas en todo el mundo» les sirve para crear una auténtica red de espionaje, e incluso, de extorsión y negocios que rozan las finas líneas de lo legal. Es por ello que resulta normal la desconfianza hacia ellos, dada su búsqueda de información sensible.
Una red desde tiempos pasados de la KGB
Se trataría de una red de personas que operan desde el antiguo Comité para la Seguridad del Estado (KGB, por sus siglas en ruso), desde tiempos de la Unión Soviética y, que dados los cambios en la política internacional coincidentes con la pandemia del coronavirus, podría significar un incremento de la influencia de estos supuestos diplomáticos.
El lavado de cara intentó venderse con el cambio de nombre a FSB (Servicio Federal de Seguridad) pero, ¿qué esperar de un país donde el presidente fue un espía durante los últimos años de la Guerra Fría en la Alemania Oriental?
Cazados antes de ayer
Fue en 2020 explica el diario, cuando las autoriades de los Países Bajos descubrieron que la red estaba operativa en el país y por ello ordenaron la expulsión de la sede rusa en la Haya de dos diplomáticos. Supuestamente estos habrían robado datos confidenciales tecnológicos y consecuentemente la Unión Europea les declaró personas non gratas.
Y hoy en día, ¿de dónde estarán sacando información los rusos? ¿Estamos ante el comienzo de un nuevo orden mundial donde EEUU pierde su liderazgo internacional? ¿Qué papel jugará México en este ajedrez político?
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