María Traspaderne
Madrid, 7 dic (EFE).- España prevé en 2021 mantener el número de misiones en el extranjero pero aumentará su presencia en Mali, mandará aviones por primera vez a Rumanía, irá valorando, de acuerdo con la OTAN, su papel en Afganistán e Irak, y prevé que se extienda el área geográfica que cubre la misión Atalanta en el Índico.
Cerca de 2.400 militares están actualmente desplegados en las 16 misiones que lleva a cabo España en otros países, especialmente en Líbano, donde hay alrededor de 600; Letonia, con unos 350, y Mali, donde permanecen cerca de 300.
Después de los vaivenes de los primeros meses de pandemia, cuando hubo que repatriar militares de Líbano, de Mali y del Índico por contagios y se redujeron tropas en el país africano y en Irak por la suspensión de los adiestramientos a las tropas de esas naciones, España está poco a poco recuperando su presencia en las operaciones.
La misión de la Unión Europea en Mali es la que recibirá en 2021 un mayor empuje por parte de España. Europa, y en especial Francia, tiene puesto el foco en la franja del Sahel, que recorre África de este a oeste con empobrecidos países, limítrofes entre el desierto del Sahara y la sabana, donde operan tanto mafias de personas, armas y drogas como grupos yihadistas.
DE 300 A 550 MILITARES EN MALI
Tras el golpe de Estado en Mali el pasado agosto, España mantuvo sus tropas, de alrededor de 300 militares, y la intención ahora es aumentar ese número a 550, previa autorización del Consejo de Ministros.
La función de los españoles es, por una parte, entrenar a las fuerzas malienses y, por otra, apoyar con aviones logísticos a Francia en su misión Barkhane de lucha contra el yihadismo.
Aparte del incremento de las tropas, la novedad, según fuentes militares, es que en 2021 se cambiará la forma de entrenar a los malienses de un adiestramiento estático en bases como la de Koulikoro a otro dinámico donde equipos de formadores españoles se moverán con las unidades africanas, lo que supone un reto a nivel operativo.
Además, en el primer semestre del año un español, el general de brigada Fernando Luis Gracia, será el jefe de la misión y la previsión es que los entrenamientos se amplíen al resto de los países del grupo G-5 del Sahel (Burkina Faso, Chad, Mauritania y Níger).
En 2021 se quiere además desplegar por primera vez aviones en Rumanía dentro de la misión de Policía Aérea del Báltico de la OTAN, que defiende las fronteras de la Alianza Atlántica frente a Rusia en Estonia, Lituania y Letonia. La idea es que los militares españoles operen cuatro meses en los países bálticos y dos en Rumanía a lo largo del año.
También en la zona báltica, concretamente en Letonia, permanecen actualmente unos 350 miembros de las Fuerzas Armadas españolas dentro de otra misión de la OTAN de vigilancia de la frontera terrestre.
ATALANTA AMPLÍA SU RADIO DE ACCIÓN
La Armada participa desde 2009 en la Operación Atalanta de la UE de lucha contra la piratería en el Índico, donde este mes tiene alrededor de 300 desplegados. La operación ha ido evolucionando y en 2021 espera iniciar nuevas tareas de seguimiento de otras actividades delictivas de los piratas, como tráfico de armas, carbón y drogas, en algunos casos para grupos terroristas.
La idea es que su radio de acción se amplíe al golfo de Omán y al sur del mar Rojo, pendiente de que la UE establezca un marco legal para convertirla en una operación más ejecutiva y que se pueda arrestar así a los delincuentes relacionados con los piratas del Índico.
La presencia de España en Irak se ha reducido sustancialmente en este año a causa de la situación de inestabilidad por los ataques de Irán en respuesta a EE.UU., de la menor presencia del Estado Islámico en el país y, finalmente, del repliegue de tropas estadounidenses.
Los militares españoles han pasado de 550 que había a principios de 2020 a los 150 actuales y han abandonado su principal base operativa, Besmayah, cercana a Bagdad, una de las que ha ido entregando EE.UU. a las autoridades iraquíes en la política de Donald Trump de ir abandonando «guerras eternas».
España está en Irak dentro de la misión de la OTAN y también de la coalición internacional de lucha contra el Dáesh liderada por Estados Unidos, y pretende continuar al ritmo que se lo soliciten dichas operaciones.
Lo mismo pasa en Afganistán. España tiene allí unos 30 militares con la OTAN pero EE.UU. ha anunciado una retirada sustancial en enero de sus 4.500 desplegados. Siguiendo la política del Gobierno de «in together, out together» («dentro juntos y fuera juntos»), las tropas españolas permanecerán en el país mientras la Alianza Atlántica lo requiera.
AGUAS DE GUINEA, NETAMENTE ESPAÑOLA
La misión con más presencia española está en Líbano, donde a día de hoy 600 militares siguen cumpliendo la operación de paz de la ONU en la que España lleva implicada desde 2006. Los españoles también continuarán en 2021 en Turquía, con 149 militares operando desde 2014 una batería de misiles para prevenir posibles ataques de Siria dentro de un mandato de la OTAN.
La única netamente española que no está encuadrada en ningún organismo internacional es la que desarrolla la Armada en el golfo de Guinea para prevenir la piratería contra barcos de pesca y de transporte energético, en la que los buques también hacen acciones de diplomacia de defensa visitando puertos africanos.
En estos momentos, 65 militares están en la zona, en el buque de acción marítima Tornado, con actividades de seguridad en colaboración con la Marina de Senegal. La idea es que dicha operación se mantenga en 2021 ya que está dando resultados positivos para prevenir el daño a intereses españoles.
Aguas mediterráneas, Colombia, Senegal, República Centroafricana, Somalia y Bosnia-Hezergovina son los otros lugares donde están presentes militares españoles, aunque en menor número, y la previsión es que sigan allí el año próximo.
Además de estas operaciones internacionales, 3.000 militares actúan como rastreadores en la misión Baluarte de lucha contra el coronavirus y otros 3.000 trabajan en las llamadas misiones permanentes, las que España realiza de manera constante para vigilar el espacio aéreo, marítimo y terrestre. EFE
mt/ros
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