Los incendios en la Amazonia se multiplican sin control bajo la falta de acción de la política medioambiental del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Los fuegos han incrementado un 83% el último año con respecto al anterior, con el líder ultraderechista al mando, según los últimos datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE). Este año, la agencia ya ha registrado 72.843 incendios, una cifra récord desde 2013, año en el que se iniciaron los registros.
Solo desde el pasado jueves, las imágenes satélite han localizado 9.507 fuegos en el país, la mayoría ubicados en la selva del Amazonas, el bosque tropical más grande del mundo y por ello pieza clave en la lucha contra el calentamiento global como gran productor de oxígeno.
Este incremento en los incendios ha llegado con el alzamiento del Bolsonaro como presidente de Brasil en enero de este año, quien desde su llegada ha apostado por desarrollar la minería y la ganadería en la Amazonia. Con ello, ha despertado preocupación internacional por el incremento de la deforestación.
Bolsonaro rehuye las críticas a sus políticas
Sin embargo, el presidente brasileño no ha tomado en serio las conexiones entre este incremento y sus polémicas políticas medioambientales. «Se me solía llamar Capitán Motosierra. Ahora soy Nero, prendiendo en llamas la Amazonia. Pero es temporada de ‘queimada’ (quema por parte de agricultores y granjeros para limpiar el terreno)», afirmaba Bolsonaro a los medios. «Estoy esperando a la siguiente remesa de datos, que no serán manipulados. Si son alarmantes, tomaré nota delante de vosotros», añadía.
«Se me solía llamar Capitán Motosierra. Ahora soy Nero, prendiendo en llamas la Amazonia. Pero es temporada de queimada», Bolsonaro
Sin embargo, desde el INPE desmienten esta postura, negando que este incremento pueda estar relacionado con un fenómeno natural o una época más seca. «No hay nada anormal acerca del clima este año o las lluvias en la zona de la Amazonia, que están simplemente algo más bajas de la media», aseguraba Alberto Setzer, un investigador de la institución. «La temporada seca crea condiciones favorables para el uso y la expansión del fuego, pero empezarlo es cosa de humanos, ya sea deliberada o accidentalmente», comentaba.
Además, a esta falta de actuación ante el notable incremento, se une el reciente despido por parte de Bolsonaro del presidente del INPE por mostrar cifras, inexactas según el mandatario, que revelaban un incremento de la deforestación en Brasil. Entonces, acusó a la organización de «hacer campaña contra Brasil» y a su director de estar «al servicio de una ONG», poniendo en entredicho la veracidad de dichas cifras.
Amazonas, Acre, Mato Grosso y Pará, los más afectados
Los fuegos son comunes en esta época por el clima seco, pero también porque algunos ganaderos de la zona realizan quemas con la intención de deforestar zonas de manera ilegal para la cría de ganado.
El estado de Amazonas declaró el pasado 9 de agosto una situación de emergencia en el sur de la región y su capital, Manaos. A ello se une el estado de Acre, territorio fronterizo con Perú, que también ha declarado una alerta medioambiental desde el pasado viernes. Al mismo tiempo, han incrementado los incendios en el Mato Grosso y Pará, dos estados donde la frontera agrícola se ha introducido en la cuenca del Amazonas y ha espoleado la deforestación.
Estrella Digital