Vladimir Putin ordena a sus tropas que no asalten la planta siderúrgica de Azovstal, donde resiste un último grupo de combatientes ucranianos en Mariupol.
El presidente les dice que lo sellen para que ni siquiera una «mosca» pueda escapar, y confirna que Rusia tiene el control de la ciudad portuaria. Con esta decisión se busca que los defensores ucranianos salgan y se rindan o en caso contrario morirían por inanición.
Añadió que sería «poco práctico» asaltar la enorme área industrial, donde se dice que permanecen más de 2.000 militares ucranianos.
Putin también elogió la «liberación» de Mariupol por parte de sus hombres después de que el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, le trasladara que las fuerzas rusas controlaban ahora la ciudad portuaria ucraniana además de la planta.
Es probable que Rusia quiera demostrar éxitos significativos antes de sus celebraciones anuales del Día de la Victoria del 9 de mayo y esto podría afectar la rapidez y la fuerza con que intentan realizar operaciones en el período previo a esta fecha, según el Ministerio de Defensa del Reino Unido.
El Día de la Victoria celebra que la entonces URSS derrotó a la Alemania nazi y marca una importante celebración anual en Moscú.
Las fuerzas rusas avanzan ahora en Donbas como parte de una ofensiva después de no haber podido tomar Kiev y se están moviendo hacia la ciudad de Kramatorsk, «que continúa sufriendo persistentes ataques con cohetes», según en una información de inteligencia del ministerio británico.
Los altos niveles de actividad aérea rusa perduran mientras Rusia busca brindar apoyo aéreo cercano a su ofensiva en el este de Ucrania, para suprimir y destruir las capacidades de defensa aérea de Kiev.
Como muestra de la fortaleza de Moscú, se presentó en el día de ayer, el exitoso lanzamiento del misil balístico intercontinental «Sarmat», apodado «Satanás II» en Occidente y capaz de lanzar múltiples ojivas nucleares hasta incluso territorio continental de Estados Unidos, como «un aviso a aquellos que intentan amenazar a Rusia» y con un alcance de 10.000 km, que podría destruir un estado como el de Texas.
Pero los expertos occidentales describieron la prueba como un «ruido de sables nucleares», diciendo que la amenaza para Estados Unidos o sus aliados era «extremadamente baja» y sugiriendo que la verdadera motivación de Putin era distraer a su audiencia interna de los recientes fracasos militares de Rusia, como el hundimiento de su buque insignia del Mar Negro, el Moskva.