La reina Isabel II de Inglaterra ha fallecido con 96 años, una edad muy avanzada teniendo en cuenta que la esperanza de vida que tienen en el Reino Unido, que es de 81 años.
Ya había señales que indicaban que la monarca británica estaba en sus últimas horas de su vida. De las pocas fotos que se han publicado en las últimas jornadas, hemos podido ver una de ellas hace dos días cuando recibió a la nueva primera ministra Liz Truss en su residencia de Balmoral.
Motivo real del fallecimiento
En la instantánea facilitada por la Casa Real, se aprecia como la reina al saludar a la líder conservadora, tiene una mancha muy evidente en la mano derecha.
Como explica el doctor y forense José Cabrera, «nadie muere de viejo». La vejez no es causa de muerte, el motivo del fallecimiento es un fallo multiorgánico, que provoca una mala coagulación de la sangre y una parada cardíaca. Ese oscurecimiento de la piel, era un síntoma claro de que estaba en los últimos momentos de su larga vida.
Los pulmones al parecer y según afirma el médico, estaban ya muy deteriorados. Probablemente su salud ya estaba muy afectada tras haber sufrido el covid el pasado mes de febrero. Según cuentan algunos medios, fue su propio hijo , Carlos, el futuro rey, quien se lo transmitió.
Ella misma reconoció que la enfermedad le había dejado «exhausta». Además en noviembre del pasado año, tuvo que ser ingresada en el hospital durante un día, sin que se dieran más detalles.
Anímicamente, el hecho de que su esposo el duque de Edimburgo muriera también hace varios meses, le habría pasado factura.
Estuvieron casados casi 70 años y a pesar de las infidelidades de él, mantuvieron su matrimonio toda la vida.
Una vez que se ha confirmado la defunción el día de ayer, su cuerpo será embalsado para que pueda estar visible. Todo ello para que los ciudadanos puedan despedirse de su reina, con lo que su cuerpo se meterá en formol y por fuera se da unas parafinas para que no se corrompa.
Si no se realizase así, se produciría una descomposición al tercer día de la muerte que imposibilitaria que los británicos pudieran despedirse de ella.
R.F.