El príncipe Andrés, hijo de la difunta Reina Isabel II de Inglaterra, ha recibido varios insultos de algunos ciudadanos, mientras se producía el cortejo fúnebre de su madre por las calles de Edimburgo.
¡Eres un viejo enfermo!, gritó uno de ellos, en relación a los problemas que había tenido por su vinculación con la trama de prostitución de menores del millonario y fallecido Jeffrey Epstein.
Uno de los asistentes que allí se encontraban, un joven de 22 años, ha sido detenido por las autoridades por alteración del orden público.
Parece que la estela de «hombre depravado» aún le persigue y la gente no se ha olvidado de ello.
Durante la investigación en Estados Unidos, una mujer llamada Virginia Giuffre afirmó que tuvo relaciones sexuales con ella 3 veces cuando aún era menor de edad, algo que él negó categóricamente.
Concretamente, los hechos sucedieron cuando ella era una adolescente, en la mansión de Epstein en Nueva York y en la isla privada de Islas Vírgenes de EE.UU.
Para no tener que ir a juicio, según algunas fuentes, el duque de York pagó 14 millones de dólares a la joven y así evitar sentarse ante un jurado, que hubiera supuesto un escarnio público y una deshonra para la corona británica.
Bajo los términos acordados, de los que no se revelaron detalles, el príncipe hizo una «donación sustancial a la organización benéfica de la señora Giuffre».
Además, el documento indica que el duque «nunca tuvo la intención de difamar la reputación de la señora Giuffre» y que reconoció que ella tuvo que sufrir tanto como «víctima de abuso» como por los «ataques públicos injustos» en su contra.
Como parte del acuerdo, el duque también se comprometió a «demostrar su arrepentimiento por su asociación» con Epstein, apoyar la «lucha contra los males del tráfico sexual» y respaldar a las víctimas.
R.F.
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