El nuevo Gobierno italiano, que preside Giorgia Meloni, suma nuevas polémicas en sus primeras semanas. La primera, el nombramiento del ultraderechista Galeazzo Bignami como nuevo viceministro de Infraestructuras y Transportes, ya que se ha hecho pública una vieja foto (de 2005) en la que aparece vestido de nazi.
La instantánea muestra al político con una camiseta negra, la banda de las SS en el brazo y una copa en la mano. Bignami asegura que se trató de una broma durante una despedida de soltero. Sin embargo, tras la victoria en las pasadas elecciones del partido neofascista Hermanos de Italia, la imagen ha provocado la indignación de la oposición.
Bignami ha estado vinculado desde muy joven a la ultraderecha en su ciudad, Bolonia, donde comenzó su carrera política con los posfascistas de Alianza Nacional para después pasar a Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, para terminar, desde 2019, en Hermanos de Italia, la formación dirigida por Giorgia Meloni.
Varias figuras públicas de la política italiana, como el alcalde de Nápoles, Luigi de Magistris, han reaccionado a la polémica llamando a la primera ministra Meloni dar marcha atrás en la designación de Bignami como viceministro de Infraestructura.
Nuevo delito
La segunda de las polémicas es legislativa, ya que el Gobierno italiano ha creado un nuevo delito que ya se conoce como ‘fiesta rave’. Y es que en Italia será ilegal convocar una quedada para bailar durante horas o días a ritmo de música electrónica. Quien se atreva a desobedecerla puede terminar cumpliendo hasta seis años de cárcel. Esta pena tan alta, es que lo que ha provocado críticas, permitiría autorizar escuchas telefónicas a los jóvenes.
Si hay más de 50 personas reunidas en una quedada no autorizada, la Policía podrá no solo desalojarlas, sino también confiscar los equipos de música, camiones y furgonetas, poner una multa de entre 1.000 y 10.000 euros y procesar a los organizadores por un delito castigado con penas de entre tres y seis años de cárcel. El delito en cuestión ha sido bautizado como «invasión de lugares para reuniones peligrosas para el orden o la salud pública«.