El fundador de la web de intercambio de criptomonedas FTX, Sam Bankman-Fried, ha sido arrestado en las Bahamas a instancias de los fiscales de EE. UU este lunes. Un día antes de que tuviera que testificar ante el Congreso en relación a la bancarrota el mes pasado de una de las empresas más grandes del mundo de las monedas virtuales.
El arresto marca una sorprendente caída en desgracia para el empresario de 30 años ampliamente conocido por sus iniciales SBF. En su corta carrera profesional tuvo un fulgurante ascenso gracias al bitcoin y otros activos digitales, que le permitió convertirse en multimillonario hasta la rápida quiebra de FTX.
La web fue creada en 2019 por su fundador, exbroker de Wall Street y un ex empleado de Google, Gary Wang. Con sede en las Bahamas, se declaró en bancarrota el 11 de noviembre, cuando los inversores se apresuraron a retirar 6 mil millones de dólares de la plataforma en tan solo 72 horas. Desde entonces, Bankman-Fried usó en secreto 10 mil millones en fondos de sus clientes para sostener su negocio.
FTX solicitó la protección por bancarrota de EE. UU. el mes pasado y Bankman-Fried renunció como director ejecutivo, lo que provocó una ola de demandas públicas por una mayor regulación de la industria de las criptomonedas.
Se desconoce cuánto recuperarán los que depositaron sus inversiones en la web de intercambio. Aunque los expertos han advertido que puede ser solo una pequeña parte. FTX llegó a convertirse en la segunda web de criptomonedas más grande del mundo, moviendo alrededor de 10 mil millones de activos diarios.
Bankman permanecerá bajo custodia «de conformidad con la Ley de Extradición de nuestra nación», señaló el Fiscal General de las Bahamas en un comunicado. Se estima que el patrimonio del empresario podría ascender a unos 15.000 millones de dólares. Desde la Fiscalía de Nueva York esperan dar a conocer esta semana los cargos contra el detenido.
«No cometí fraude»
En declaraciones a una TV, Bankman-Fried reconoció que se cometieron errores en la empresa, pero trató de distanciarse de las acusaciones de actividad ilegal. «No cometí ningún fraude de manera premeditada, no quería que nada de esto sucediera. Ciertamente no era tan buen profesional como pensaba que era», declaraba su fundador.
El colapso de FTX se produjo durante un año muy complicado para la industria de las criptomonedas. Este año el Bitcoin ha perdido más del 60% de su valor, mientras que otras monedas digitales también se han desplomado.