Ninguna de las alumnas se encuentra en estado grave pero muchas han tenido problemas respiratorios, náuseas, mareos y fatiga, son niñas de 10 años, algunas tuvieron que ser hospitalizadas, todas habían inhalado en el centro escolar unas sustancias gaseosas, cuya naturaleza se desconoce.
Las niñas envenenadas informaron de haber olido mandarina o pescado podrido antes de caer enfermas.
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Este tipo de ataques ya han ocurrido en otras ciudades de Irán por individuos que se oponen a la escolarización de las niñas, lo que ha provocado la indignación del país menos de las autoridades que no se han pronunciado.
El Ministerio de Salud ha explicado que lo que buscan con estos actos es “que todas las escuelas, en particular las escuelas de chicas, cerrasen”, comparándoles con talibanes de Afganistán o los yihadistas de Boko Haram en África occidental. Posteriormente desde el ministerio se retractaron.
Los sospechosos utilizan “compuestos químicos disponibles” en el mercado, precisó el ministerio, que descartó sustancias “de uso militar”.
El primer ataque de esta índole se produjo en noviembre, desde entonces se han propagado estas acciones hasta afectar a 10 escuelas de la misma zona.
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