Rusia y Ucrania se atribuyen de manera recíproca el ataque a la presa de Nova Kajovka, una crucial infraestructura erigida sobre el río Dniéper en la región de Jersón.
Hasta el momento, el alcance de los daños sigue siendo incierto, sin embargo, se ha emitido una orden de evacuación inmediata para los residentes del área circundante.
La presa, que fue levantada en la era soviética, está ubicada en la región bajo control ruso. El flujo de agua desde la represa inundará los pueblos cercanos y ensanchará las orillas del río, que en la actualidad separa a los beligerantes en Jersón: los ucranianos en el lado derecho (oeste), y los rusos en el izquierdo (este).
«Las fuerzas rusas han ejecutado otro acto terrorista. Han destruido la presa de Kajovka», manifestó el líder de la Administración Militar de la provincia de Jersón, Oleksandr Prokudin, en un mensaje video a la población local.
Por otro lado, el Comando Sur del ejército ucraniano ha indicado que se está evaluando «el daño, la rapidez y la cantidad» del desbordamiento resultante de la explosión.
Andriy Yermak, el jefe de la oficina presidencial ucraniana, ha anunciado que el presidente del país, Volodímir Zelenski, ha convocado un Consejo Nacional de Seguridad de emergencia.
Las agencias de noticias rusas sostienen que la presa ha sido destruida a causa de un ataque aéreo, mientras que las autoridades instauradas por los ocupantes hablan de un «ataque terrorista».
Las mismas autoridades también han comunicado que el proceso de evacuación ya ha comenzado y estiman que el agua alcanzará un nivel crítico en cinco horas.
La presa mide 30 metros de altura y 3,2 kilómetros de longitud, y almacena un volumen de agua de 18,2 kilómetros cúbicos. Fue construida en 1956 en el Dniéper como parte de la central hidroeléctrica que lleva el mismo nombre.
Además de su función de generación de energía, el agua de la presa circula a través de la central nuclear de Zaporiyia, donde refrigera sus reactores, y también suministra agua al Canal de Crimea, una arteria de agua que abastece al sur de Ucrania y a la península de Crimea.
El asalto a la presa, sin importar quien lo haya perpetrado, ocurre mientras Moscú sostiene que Kiev ha lanzado una ofensiva con ataques en Donetsk. Ucrania, por su parte, se abstiene de comentar y no confirma si ha iniciado la esperada contraofensiva para recuperar territorio.