El nivel del agua sigue creciendo tras la destrucción de la presa de Nova Kajovka en la región de Jersón, Ucrania, este martes.
Hasta el momento, 7 personas se encuentran desaparecidas y miles de ciudadanos han tenido que ser desplazados de sus hogares. A esto se suma que otras miles de personas se enfrentan al riesgo de quedarse sin agua potable.
Zelenski ha lanzado un mensaje a través de su cuenta de Twitter en la que indica: «todo el mundo conoce este crimen de guerra ruso, el crimen del ecocidio: la destrucción deliberada de la presa y otras estructuras de la central hidroeléctrica Kakhovka por parte de los ocupantes rusos. De hecho, los terroristas rusos han detonado una bomba ambiental de destrucción masiva. Por el bien de su propia seguridad, el mundo ahora debería mostrar que Rusia no se saldrá con la suya con tal terror. Y estoy agradecido con todos los líderes y estados, todas las naciones y organizaciones internacionales que han apoyado a Ucrania y están listos para ayudar a nuestra gente y nuestros esfuerzos de desocupación. ¡La vida debe prevalecer, Ucrania debe ganar! Gracias a todos los que apoyan a Ucrania».
Las previsiones anticipan que el nivel de agua siga en ascenso durante este miércoles, con expectativas de que el jueves comience a bajar. El caudal del río Dniéper en el distrito de Jersón ha superado los cinco metros, de acuerdo con la agencia ucraniana de pronóstico del tiempo.
Emergencia general en toda el área tras la destrucción de la presa en Ucrania
En la orilla este del río Dniéper, territorio controlado por Rusia, las autoridades han reportado que hay un mínimo de siete individuos desaparecidos.
Se ha proclamado una emergencia general en toda el área, con aproximadamente 2.700 viviendas bajo agua y 1.300 personas desalojadas.
En la ciudad de Nova Kajovka ha comenzado a disminuir el nivel del agua, que alcanzó los 12 metros en algunos puntos este martes, según informó el alcalde impuesto por Rusia, Vladímir Leontiev.
Amenaza al suministro de agua potable
El desmoronamiento de la presa amenaza también el suministro de agua potable a las ciudades del sureste de Ucrania que dependían del embalse.
El ministro ucraniano de Infraestructuras, Oleksandr Kubrakov, ha declarado que la principal prioridad es proporcionar agua a las regiones afectadas por el ataque terrorista ruso, para lo que se han asignado fonhdos para el transporte de agua y el inicio de la construcción de acueductos en el sur de UCrania.
«Cientos de miles de individuos han quedado sin un suministro adecuado de agua potable», afirmó el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.
Zelenski ha culpado a Rusia de desamparar a los residentes de las áreas que controla. «Al menos 100.000 individuos vivían en estas áreas antes de la invasión rusa. Al menos decenas de miles de personas permanecen allí (…) En la parte ocupada por Rusia los ocupantes no intentan ni ayudar a la gente», escribió en Twitter, junto a imágenes de los damnificados.
Ucrania ha vuelto a señalar a Rusia por «terrorismo» y por haber destruido deliberadamente la presa. Mientras tanto, Rusia ha solicitado a la ONU que investigue los hechos, insistiendo en que una serie de bombardeos ucranianos dañaron las compuertas y provocaron el colapso del muro.
Ucrania y Rusia cruzan acusaciones por el ataque a la presa de Nova Kajovka