El día más turbulento vivido en Moscú en los últimos tiempos concluyó con la divulgación de las consecuencias de la movilización de los paramilitares de Wagner hacia la capital rusa.
Dimitri Peskov, el portavoz del Kremlin, confirmó este sábado que se cerrará el caso penal contra Yevgueni Prigozhin y que, aunque su ubicación actual es desconocida, se trasladará a Bielorrusia, un país al que el Kremlin ha expresado su agradecimiento por su intervención con Wagner.
Además, Peskov compartió que los paramilitares de Wagner que no participaron en el movimiento hacia Moscú firmarán contratos con el Ministerio de Defensa ruso, y los demás no serán juzgados, en honor a su servicio en Ucrania.
Según Peskov, Aleksander Lukashenko, el presidente de Bielorrusia, se ofreció como mediador, con el consentimiento de Vladímir Putin, el presidente ruso, debido a que conoce a Prigozhin desde hace unas dos décadas.
Antes, Prigozhin había anunciado que sus tropas regresarían a sus bases permanentes para «evitar derramamiento de sangre» en Rusia. Señaló en un mensaje de audio en su canal de Telegram que la sangre podría derramarse y, por lo tanto, en un esfuerzo por evitar el derramamiento de sangre rusa, estaban retirando sus convoyes y volviendo a los campamentos de acuerdo con el plan establecido.
Prigozhin, el líder de la fuerza mercenaria de Wagner, ha cambiado de planificar estrategias militares en Ucrania a desafiar al Kremlin en lo que ha sido el desafío más significativo para Putin en años recientes.
Prigozhin expresó que las élites militares rusas, contra las que se había rebelado, «querían desmembrar a Wagner», y por eso anunció la «marcha por la justicia», durante la cual avanzó hasta llegar a 200 kilómetros de Moscú después de tomar la ciudad sureña de Rostov del Don.
Sin embargo, la «iniciativa personal» de Lukashenko, logró detener el avance paramilitar tras cerrar un acuerdo con Prigozhin.
Por otro lado, las fuerzas de Wagner comenzaron a retirarse de Rostov. Los residentes locales han gritado «¡Wagner, Wagner!» cerca de la sede militar de Rostov, ocupada por los mercenarios de Yevgeny Prigozhin, mientras se preparaban para dejar sus posiciones.
Reunidos en una calle principal del centro de la ciudad, muchos vecinos han grabado vídeos de los combatientes del grupo paramilitar, mientras los aplaudían e incluso abrazaban. Entre las imágenes, se ha visto a Prigozhin dejando la ciudad en un vehículo todoterreno, saludando a los civiles que se acercaron.
Durante su marcha hacia la capital, Rusia había disparado y enviado helicópteros contra las tropas de Wagner en la ciudad de Voronezh, según Prigozhin, quien anteriormente había declarado que no se rendiría.
Finalmente, el acuerdo de última hora con Bielorrusia, con el consentimiento de Putin, logró detener la rebelión militar y los mercenarios del grupo Wagner han comenzado su regreso a sus bases militares, esperando que Moscú cumpla su promesa y no los castigue.