El mundo del fútbol se encuentra consternado por la trágica muerte del joven talento brasileño Hugo Vinicius Skulny Pedrosa, de tan solo 19 años. El cuerpo del futbolista fue descubierto sin vida, desmembrado y decapitado en un río, luego de haber desaparecido misteriosamente durante una fiesta.
Los restos de Pedrosa fueron encontrados flotando en un río en Sete Quedas, en el estado de Mato Grosso do Sul, Brasil. La identificación de la víctima se logró a través de un tatuaje, luego de que se recuperaran partes de su cadera, torso y muslo.
Según las primeras investigaciones, Pedrosa fue visto por última vez en la fiesta antes de que algunos amigos lo llevaran a la casa de su exnovia en Sete Quedas, una localidad fronteriza con Paraguay.
El futbolista vivía con su abuela, quien afirmó haber hablado con él la noche de su desaparición, el 25 de junio, y todo parecía estar bien. Sin embargo, al día siguiente, su madre presentó una denuncia por su desaparición.
Lamentablemente, la cabeza de Pedrosa aún no ha sido encontrada. La inspectora jefe de la Policía Civil, Lucelia Constantino, confirmó que solo se han encontrado la cadera, el torso y el muslo del joven. Las autoridades continúan la búsqueda de su cabeza en el río, según los informes.
Durante el transcurso de la investigación, al menos un sospechoso ha sido arrestado, aunque la identidad no ha sido revelada por la policía.
Andressa, prima del fallecido, expresó su conmoción por los trágicos sucesos: «Nunca esperamos que esto pudiera suceder. Encontraron partes de su cuerpo, pero no encontraron la cabeza. La policía ha prometido no detenerse hasta encontrarla. ¿Cómo alguien puede hacer algo tan cruel y despiadado?«.
Todo indica que el crimen del joven fue pasional
Los amigos que estaban con Hugo aquella noche dijeron que él se había quedado en la casa de su ex, pero la chica, tras ser detenida, negó su participación en los hechos.
Los investigadores del horrible asesinato han detenido a su exnovia, Rubia Joice de Oliver Luvisetto (21), en cuya vivienda, ubicada en la ciudad de Sete Quedas, Matto Grosso do Sul (Brasil), habría ocurrido el crimen.
Pedrosa, quien era estudiante de primer año en la universidad y se especializaba en educación física, también se destacaba como delantero en el equipo de fútbol de su localidad.
Los investigadores afirmaron que el futbolista fue asesinado de tres balazos y luego cortaron su cuerpo en pedacitos, usando una motosierra y una sierra de carnicería, para luego tirar las diferentes partes al río y ocultar así el crimen.
Su trágico final ha dejado un vacío en la comunidad futbolística y ha generado un llamado a la justicia para esclarecer los hechos y encontrar a los responsables de tan horrendo crimen.