Los incendios forestales que han asolado Hawái en los últimos días han elevado la cifra de fallecidos a 93, superando desgracias anteriores y marcando un sombrío récord para el estado insular. En Maui, la localidad de Lahaina ha sido la región más golpeada, con las llamas aún amenazantes y sin ser completamente controladas.
Josh Green, Gobernador de Hawái, expresó su profunda preocupación no solo por el inmediato recuento de las víctimas, sino también por las repercusiones a largo plazo en la salud mental de la población. Declaró que «El desastre actual es un duro golpe que nos demandará un esfuerzo colectivo para la reconstrucción y el apoyo emocional».
Este incendio, que se originó a principios de semana, ha llevado al estado a una situación crítica.
El daño estructural en la región es monumental. Se estima que las pérdidas materiales rondan los 6.000 millones de dólares. De las 2.200 estructuras afectadas en Maui, un preocupante 86% corresponden a viviendas.
Lahaina, que en otro tiempo fue el corazón del archipiélago y un popular destino turístico, ha visto como el 80% de su territorio ha sido consumido por el fuego, una situación agravada por los efectos del huracán Dora. A pesar de los esfuerzos, solo se ha logrado controlar las llamas en un 85%.
La infraestructura también se ha visto gravemente afectada, con más de 11.000 habitantes sin acceso a electricidad, complicando aún más las comunicaciones y labores de rescate.
Ante la magnitud del desastre, el presidente Joe Biden no ha tardado en reaccionar. Declarando el estado de emergencia en Hawái, ha movilizado recursos federales para apoyar en las labores de recuperación. Además, ordenó a la Guardia Nacional y al personal naval en la región brindar todo el apoyo necesario. Las imágenes del terreno son desoladoras, con la Patrulla Aérea Civil reportando casi 300 estructuras consumidas por las llamas.