El alto tribunal chileno ha tomado una decisión definitiva en uno de los casos más emblemáticos relacionados con el golpe de Estado de 1973: el asesinato del célebre cantante y defensor de los derechos civiles, Víctor Jara. Confirmándose la condena de 25 años de prisión para siete exmilitares implicados en el crimen.
Con un acuerdo unánime, la Segunda Sala del Tribunal Supremo ha avalado la culpabilidad de los militares retirados en el secuestro y asesinato del influyente artista, así como de Littré Quiroga Carvajal, quien fuera director de prisiones.
La resolución llega en un momento simbólico, justo antes de la conmemoración del medio siglo del golpe que derrocó al presidente Salvador Allende y dio paso al régimen autoritario de Augusto Pinochet. La justicia ratifica la decisión de la Corte de Apelaciones de Santiago y desecha cualquier tipo de recurso o apelación adicional, según informa un comunicado oficial.
Entre los condenados se encuentran figuras como Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Haase Mazzei, Ernesto Bethke Wulf, Juan Jara Quintana y Hernán Chacón Soto, a quienes se les ha sentenciado a 15 años y un día por homicidio, además de diez años y un día adicional por secuestro. Rolando Melo Silva, por su parte, enfrentará cinco años y un día por encubrimiento del homicidio y tres años adicionales por ocultar el secuestro.
En cuanto a las reparaciones, el estado chileno deberá indemnizar a los familiares directos de Quiroga Carvajal con una suma de 150 millones de pesos chilenos (aproximadamente 160.000 euros) y 80 millones de pesos (unos 86.400 euros) a sus hermanos. Los familiares de Víctor Jara, incluyendo a su viuda e hijos, también recibirán 150 millones de pesos.
Recordemos que en medio del tumulto del golpe de Estado, Víctor Jara fue arrestado y trasladado al Estadio Chile, lugar que posteriormente sería renombrado en su honor. Allí, el artista sufrió múltiples torturas antes de ser brutalmente asesinado.
La resolución del caso reafirma el compromiso de Chile con la justicia y la memoria histórica, buscando cerrar las heridas de un pasado turbulento.