China ha dado un paso significativo hacia la normalización, al eliminar la necesidad de presentar pruebas de COVID-19 para viajeros que ingresen al país. Wang Wenbin, el portavoz oficial del Ministerio de Exteriores, compartió esta actualización en una reciente rueda de prensa, según fuentes del medio CGTN.
Este cambio, que entra en vigor a partir de este miércoles 30 de agosto de 2023, marca el avance más reciente de China para desmantelar sus protocolos de prevención de la pandemia, llevando al país un paso más cerca de las condiciones previas al brote del virus en 2019. Aunque esta medida era uno de los últimos resquicios de la estrategia de control de la enfermedad, su impacto en los aeropuertos era mínimo, ya que rara vez se exigía su presentación.
Desde el comienzo de la pandemia, China adoptó una política de «COVID cero», que conllevó unas restricciones fronterizas rigurosas. Esta política limitó el ingreso al país a ciudadanos chinos y un pequeño grupo de extranjeros, quienes posteriormente enfrentaron una cuarentena obligatoria de 14 días en instalaciones designadas, a expensas del propio viajero.
La retirada gradual de estas restricciones comenzó a finales de 2022. En un cambio significativo en enero, China reajustó su evaluación del riesgo del virus de la categoría A, la más alta, a la B, lo que en esencia puso fin a las largas cuarentenas.
Cabe mencionar que, con la relajación inicial de las restricciones en China, hubo un aumento en los casos de COVID-19. En respuesta, varios países impusieron pruebas PCR a aquellos que viajaban desde China. Estas medidas se revirtieron posteriormente a medida que la situación epidémica en China mostró signos de mejora.
Con este último anuncio, el mundo observa cómo China, el primer país en enfrentarse al coronavirus, continúa adaptándose y reajustándose en su lucha contra la pandemia.