Una explosión en un depósito de combustible en la autoproclamada república de Nagorno Karabaj, que fue tomada por el Ejército de Azerbaiyán después de una operación militar de 24 horas el pasado 19 de septiembre, ha dejado al menos 20 personas muertas y alrededor de 300 heridas.
El Ministerio de Sanidad de la república de Arsaj informó en un comunicado en Facebook que «como resultado de la gran explosión en un depósito de combustible en Askerán, 290 pacientes con quemaduras de diverso grado han sido ingresados en varios centros médicos«. Lamentablemente, siete de estos pacientes fallecieron en el hospital, mientras que otros trece cuerpos irreconocibles han sido trasladados para realizar pruebas forenses.
Se reporta que muchas personas están desaparecidas, lo que aumenta el temor de que el número de fallecidos pueda aumentar en las próximas horas. En respuesta a la tragedia, el Ministerio de Sanidad de Armenia envió un helicóptero con un equipo médico, medicamentos y suministros médicos a la capital de Nagorno Karabaj, Artsaj, para ayudar en la atención a los heridos.
La Presidencia de Azerbaiyán también envió una ambulancia con suministros médicos para atender a los heridos por quemaduras y otros suministros a través de la carretera entre Aghdam y Jankendi para ayudar a los afectados.
Antes de este incidente, representantes azerbaiyanos y armenios de Nagorno Karabaj habían acordado la entrega de ayuda humanitaria, el despliegue de servicios sanitarios y la creación de una comisión conjunta de trabajo para restablecer los servicios básicos y rehabilitar la infraestructura de la región.
La región de Nagorno Karabaj, que había estado bajo control de fuerzas proarmenias durante más de tres décadas, fue recuperada por Azerbaiyán tras su última ofensiva. La zona, de mayoría armenia, ha sido objeto de conflicto y disputa territorial entre Armenia y Azerbaiyán, con la comunidad internacional reconociendo la soberanía de Azerbaiyán sobre la región.
El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, ha expresado su preocupación por la posible reubicación de la población armenia de la región de Nagorno Karabaj en Armenia, advirtiendo sobre el peligro de una «limpieza étnica«. Por su parte, Azerbaiyán ha asegurado que permitirá que la población permanezca en sus hogares, pero ha pedido a los grupos armados proarmenios y a las Fuerzas Armadas armenias que entreguen las armas y abandonen el país.