En una preocupante declaración, las autoridades sanitarias en la Franja de Gaza han anunciado el «colapso total» de su sistema de salud, arrastrado por la falta de combustible y el persistente bombardeo de Israel.
La situación es desesperada: muchas instituciones sanitarias ya han suspendido sus operaciones y los hospitales restantes luchan por mantener sus servicios en funcionamiento. La alarma ya había sonado anteriormente cuando la UNRWA, la agencia de la ONU para refugiados palestinos, predijo la inminente escasez de combustible para los generadores eléctricos en los hospitales.
A pesar de los llamamientos de la ONU a una tregua o, como mínimo, una «pausa humanitaria», los ataques israelíes no han cesado, dejando cifras devastadoras.
Desde que estallaron las hostilidades el 7 de octubre, tras el ataque de Hamás y la Yihad Islámica en el sur de Israel, la cifra de muertes ha sido estremecedora: 5.791 palestinos en Gaza y 1.400 israelíes.
El Ministerio de Sanidad de Gaza ha informado de la muerte de 73 profesionales sanitarios desde el comienzo del conflicto. Además, 25 centros de salud primarios y 25 ambulancias ya no son operativos.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) describió escenas desgarradoras de hospitales en Gaza: «En uno de los hospitales, cientos de personas heridas -hombres, mujeres y niños- yacían en camas, camillas o incluso en el suelo, la mayoría inconscientes y con heridas abiertas». La OCHA también señaló que muchos generadores de emergencia, ahora en uso continuo, no están diseñados para operaciones ininterrumpidas y podrían fallar.
La situación alimentaria también es grave. Las carencias amenazan especialmente a niños, mujeres embarazadas y lactantes, quienes podrían enfrentar malnutrición, aumentando la probabilidad de condiciones como anemia y hemorragias mortales.
Mientras Gaza enfrenta la peor parte, los conflictos se extienden. Incidentes violentos también se han registrado en Cisjordania y Siria. El Ministerio de Sanidad palestino confirmó la muerte de tres palestinos en un ataque aéreo, «incluidos dos mártires dentro de las prisiones de ocupación israelíes». Israel, por su parte, informó que las fuerzas israelíes fueron atacadas por «terroristas armados» en el campamento de Yenín.
Desde el 7 de octubre, 103 palestinos han perdido la vida en Cisjordania. En otro frente, las FDI de Israel han dirigido ataques en Siria, con un saldo de ocho soldados sirios muertos y siete heridos, según informes de la agencia de noticias siria, SANA. Sin embargo, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos apunta que estos ataques fueron en respuesta al lanzamiento de cohetes desde Deraa, atribuyendo la acción al grupo Hezbolá.
Israel denegará visados a funcionarios de la ONU tras las declaraciones de Guterres