La tensión se agudiza en el Medio Oriente. Según palabras de Yoav Gallant, ministro de Defensa de Israel, y confirmadas poco después por el primer ministro Benjamín Netanyahu, Israel ha inaugurado una «nueva fase» en su conflicto con Hamás: la incursión terrestre en la Franja de Gaza. Esta escalada llega tras tres semanas de enfrentamientos, dejando un saldo devastador de más de 7.700 víctimas en Gaza y Cisjordania y 1.400 en Israel. Netanyahu sostiene que esta fase podría facilitar el retorno de los rehenes capturados y anticipar un enfrentamiento «largo y difícil».
La Franja de Gaza experimenta cortes de comunicaciones e internet, agravando la ya compleja situación humanitaria. Con un flujo restringido de ayuda que se filtra desde el paso de Ráfah, los civiles se encuentran en una posición cada vez más vulnerable.
Imágenes difundidas por el ejército israelí revelan tanques adentrándose en la Franja. Gallant ha expresado con contundencia: «La tierra en Gaza tembló. Atacamos por encima y por debajo de la tierra, atacamos a agentes terroristas de todos los rangos, en todos los lugares. Las órdenes a las fuerzas son claras: la operación continuará hasta nueva orden”.
La comunidad internacional no permanece indiferente. Una resolución solicitando «el cese de hostilidades» en Gaza ha sido adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas. Simultáneamente, Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, abogó «urgentemente» por un alto al fuego para permitir la entrada de ayuda humanitaria.
El ejército israelí ha emitido advertencias claras a los residentes de Gaza mediante octavillas, declarando que la ciudad se ha convertido en «un campo de batalla». Además, el portavoz militar Daniel Hagari ha instalado a los civiles del norte de la Franja a moverse hacia el sur, enfatizando en un vídeo que Hamás, al ocultar armas y efectivos en lugares públicos, está poniendo en riesgo a la población.
A todo esto, se suma la reactivación de tensiones en la frontera norte de Israel con enfrentamientos entre el ejército hebreo y Hezbolá. La ONU también se ha visto afectada con ataques al cuartel general de su misión de paz en el Líbano.
La preocupación por los rehenes se eleva. Netanyahu ha mantenido encuentros con las familias de los capturados por Hamás. Por su parte, las Brigadas Al Qasam, brazo armado de Hamás, han solicitado la liberación de prisioneros palestinos en cárceles israelíes como condición para liberar a los rehenes, con su portavoz afirmando que las negociaciones previas fueron obstruidas por Israel.