Ante el delicado contexto de la situación en la Franja de Gaza, António Guterres, Secretario General de la ONU, ha expresado una firme condena a las acciones de ambos lados del conflicto, señalando que estamos presenciando «claras violaciones de la ley humanitaria internacional».
La gravedad de la crisis se refleja en sus palabras, describiendo la Franja de Gaza como un «cementerio de niños», lo que ha provocado una airada respuesta de Israel.
Guterres ha sido categórico al demandar un «alto el fuego humanitario. Ahora», subrayando que las operaciones militares israelíes «continúan bombardeando y golpeando a los civiles, a hospitales, campos de refugiados, mezquitas, iglesias y edificios de la ONU». Paralelamente, ha criticado a Hamás por utilizar a «los civiles como escudos humanos» y por su ofensiva de «cohetes indiscriminados contra Israel».
El panorama humanitario que pinta Guterres es desolador, destacando que los suministros que llegan a Gaza son insuficientes, especialmente por la falta de combustible, lo cual tiene impactos directos en servicios esenciales como la purificación del agua y la asistencia médica vital, amenazando la vida de los más vulnerables como bebés y pacientes críticos.
Además, Guterres ha manifestado su preocupación por la escalada de violencia que podría desencadenar una expansión del conflicto. También ha mostrado inquietud por el incremento del antisemitismo y las críticas contra los musulmanes, haciendo un llamamiento a una solución «basada en dos estados, con israelíes y palestinos viviendo en paz y seguridad».
Asimismo, Guterres ha anunciado un fondo de emergencia de 1.200 millones de dólares destinado a apoyar a los 2,7 millones de palestinos afectados en Gaza y Cisjordania, detallando que este fondo ha sido calculado para cubrir las necesidades identificadas por las diversas agencias de la ONU que operan en Palestina, preparándose para actuar cuando mejoren las condiciones de acceso.
El discurso de Guterres no ha pasado desapercibido para Israel, cuyo ministro de Exteriores, Eli Cohen, ha expresado una respuesta contundente, declarando que a Guterres «debería darle vergüenza» haber realizado tales acusaciones.
Cohen ha utilizado la plataforma X (anteriormente conocida como Twitter) para enfatizar que los menores están siendo retenidos en condiciones inhumanas en Gaza y ha reiterado que Hamás es el verdadero problema, no la respuesta de Israel al terrorismo.
La solicitud de Israel para la dimisión de Guterres tras su intervención en el Consejo de Seguridad, donde condenó los ataques de Hamás pero también señaló las décadas de ocupación como contexto subyacente, resalta la tensión en las relaciones diplomáticas.
Las cifras compartidas por el ministerio de Sanidad de Gaza, bajo control de Hamás, reflejan la magnitud de la tragedia: más de 10.000 palestinos han muerto y más de 25.000 han resultado heridos desde el inicio del conflicto, con un alarmante número de niños y mujeres entre las víctimas.