Al menos ocho personas han perdido la vida a consecuencia de los ataques aéreos llevados a cabo por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos contra instalaciones de grupos armados proiraníes en el este de Siria, según informa el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Las víctimas, compuestas por sirios e iraquíes, pertenecen a milicias proiraníes, y se teme que el número de fallecidos aumente en las próximas horas.
El objetivo de los bombardeos fue un conjunto de almacenes de armas y municiones en los alrededores de las localidades de Abu Kamal y Al Mayadín, cercanas a la frontera con Irak. Hasta el momento, las milicias afectadas no han comentado sobre las pérdidas humanas o materiales sufridas.
El Mando Central de Estados Unidos (CENTCOM) confirmó los ataques a través de un comunicado en Twitter, indicando que se dirigieron contra instalaciones en las ciudades de Abu Kamal y Al Mayadín, en la provincia de Deir Ezzor (este). El comandante del CENTCOM, Michael Erik Kurilla, justificó la acción como respuesta a las «continuas provocaciones de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán y sus grupos afiliados en Irak y Siria». Añadió que Estados Unidos seguirá defendiéndose a sí mismo, a su personal y a sus intereses.
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Estas milicias han llevado a cabo numerosos ataques contra las bases estadounidenses en Irak y Siria, como parte de las hostilidades desencadenadas desde el 7 de octubre tras los ataques ejecutados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) contra Israel. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, acusó a Irán de facilitar activamente estos ataques. Sin embargo, el representante iraní ante la ONU negó las acusaciones y afirmó que Irán no ha participado en acciones o ataques contra las fuerzas militares estadounidenses en Siria e Irak.