La Comisión Europea ha realizado una estimación preliminar sobre el impacto económico de la inclusión del catalán, el gallego y el euskera como lenguas oficiales en la Unión Europea. Según este informe, revelado inicialmente por El País, la adopción de estas tres lenguas podría implicar un coste anual de aproximadamente 132 millones de euros, desglosándose en 44 millones por cada idioma.
Este cálculo se basa en los gastos asociados a la traducción y la interpretación, tomando como referencia el coste del gaélico. Sin embargo, la Comisión ha indicado que no puede proporcionar «un cálculo más preciso» hasta que no se produzca una aceptación unánime de los Veintisiete sobre la oficialidad de estas lenguas.
El Gobierno de España ha sido el impulsor de esta solicitud, pero la decisión fue pospuesta en septiembre por los estados miembros, quienes aguardan un dictamen jurídico del Consejo de la UE y un análisis detallado sobre las implicaciones económicas y prácticas de tal medida.
La Comisión señala que los costes varían dependiendo de la disponibilidad de traductores e intérpretes cualificados y del desarrollo de sistemas de traducción automática basados en inteligencia artificial. «Dependiendo de la cantidad de traductores e intérpretes cualificados, que puede variar según la lengua, es necesario identificar y organizar una formación específica con las autoridades españolas», destaca el documento.
El caso del gaélico irlandés, que obtuvo su oficialidad en 2007 con ciertas condiciones debido a la limitación de recursos, sirve como precedente. España, por su parte, se ha comprometido a asumir los 132 millones de euros anuales, aunque esto plantea dudas jurídicas, ya que el reglamento europeo estipula que estos costes deben ser financiados por el presupuesto comunitario.
El asunto será debatido nuevamente el próximo martes, aunque no se anticipa un acuerdo inmediato sobre la oficialidad de estas lenguas.