Los hutíes de Yemen han anunciado una «respuesta fuerte y efectiva» frente a los ataques aéreos llevados a cabo por Estados Unidos. Esta declaración surge tras dos noches consecutivas de bombardeos a sus instalaciones en Yemen, exacerbando un conflicto que ha cobrado un alto precio en vidas y estabilidad regional.
La milicia hutí, con apoyo iraní, ha sido una amenaza constante para el tráfico marítimo en el mar Rojo, justificando sus acciones como apoyo al pueblo palestino. Este conflicto se suma a la ofensiva de Israel en Gaza, que incluye ataques recientes en Al Muharraqa y Jan Yunis, y enfrentamientos en Cisjordania con un saldo de tres fallecidos.
El impacto humano de estos conflictos es devastador. En Gaza, el número de muertos asciende a 23.803, con 60.317 heridos y 1,9 millones de desplazados en una población de 2,2 millones. Además, un ataque de milicias palestinas en Israel el 7 de octubre dejó un saldo de 1.200 muertos y 250 secuestros, de los cuales más de un centenar fueron liberados durante una tregua.
Los Estados Unidos, en una operación con Reino Unido, han intensificado sus esfuerzos contra los hutíes, buscando minar su capacidad de ataque. El CENTCOM confirmó un ataque estadounidense contra un radar hutí, utilizando misiles Tomahawk desde el USS Carney. Esta acción sigue a un bombardeo en 30 localidades yemeníes y responde a ataques hutíes, incluyendo uno reciente contra un buque comercial en el mar Rojo.
«Desde el 19 de noviembre de 2023, los militantes hutíes respaldados por Irán han intentado atacar y acosar a embarcaciones en el Mar Rojo y el Golfo de Adén 28 veces. Estos incidentes ilegales incluyen ataques que han empleado misiles balísticos antibuque, vehículos aéreos no tripulados y misiles de crucero», señaló el CENTCOM.
En medio de esta tensa situación, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha tachado a las fuerzas hutíes de grupo «terrorista», prometiendo una respuesta firme a sus acciones.
Mientras tanto, en el Consejo de Seguridad de la ONU, Rusia y China cuestionan la legalidad de los ataques de EE.UU. y Reino Unido, argumentando que no están amparados por las resoluciones del Consejo ni la carta de la ONU. El embajador ruso Vasili Nebenzia y su homólogo chino, Zhang Jun, han destacado que estas acciones constituyen una violación del derecho internacional.