Tras una jornada marcada por desafíos y retrasos, Bernardo Arévalo de León asumió finalmente su cargo como nuevo presidente de Guatemala. La ceremonia oficial, programada para horas antes, enfrentó un retraso de diez horas debido a intentos de obstrucción por parte de ciertos legisladores. En su discurso inaugural, Arévalo, quien es académico y tiene 65 años, enfatizó firmemente su compromiso contra el autoritarismo y la corrupción, declarando: «Nunca más el autoritarismo». También elogió la madurez democrática de Guatemala, destacando el papel crucial de entidades como la Corte de Constitucionalidad y el Tribunal Supremo Electoral en la preservación de la voluntad democrática del país.
El Congreso de Guatemala, escenario de tensiones y enfrentamientos verbales, fue el epicentro de un caos que se extendió durante horas, incrementando los temores de un posible golpe de Estado. Estos temores se vieron alimentados por las acusaciones del presidente electo hacia la fiscal general, Consuelo Porras, y otros actores, a quienes señaló de intentar impedir su investidura. La situación llegó a tal punto que figuras internacionales como el presidente chileno Gabriel Boric y el rey Felipe VI de España tuvieron que abandonar el país antes de la ceremonia.
A pesar de los enfrentamientos, los 160 diputados lograron tomar posesión, allanando el camino para la asunción presidencial de Arévalo. El partido Vamos, principal opositor y con 39 escaños, lidera la nueva legislatura, seguido por la UNE con 28 diputados y el Movimiento Semilla, cuyos miembros enfrentaron suspensiones judiciales y del Congreso. Samuel Pérez Álvarez, de Semilla, fue elegido presidente de la Cámara.
La ceremonia de toma de posesión, realizada en el Teatro Nacional cerca de la medianoche, no contó con la presencia del presidente saliente Alejandro Giammattei, quien delegó la transferencia de poder a su secretaria, permitiendo a Pérez Álvarez imponer la banda presidencial a Arévalo.
El apoyo internacional no se hizo esperar. Figuras como el presidente español Pedro Sánchez, la Organización de Estados Americanos, la Unión Europea, el presidente colombiano Gustavo Petro, el Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, y la administradora de la Agencia de los EE.UU. para el Desarrollo Internacional, Samantha Power, expresaron su respaldo a la democracia guatemalteca y a Arévalo. Incluso el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, reafirmó su apoyo a través de redes sociales.