La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha expresado su preocupación por la disminución en las tasas de vacunación contra el sarampión. Según sus últimas estadísticas, la cobertura con la primera dosis de la vacuna en la experimentó una caída, pasando del 96% en 2019 al 93% en 2022. Similarmente, la cobertura con la segunda dosis también disminuyó, del 92% al 91% en el mismo período. Esta reducción ha dejado a más de 1,8 millones de lactantes sin la vacuna entre 2020 y 2022.
Los expertos de la OMS señalan que la reanudación de los viajes y el levantamiento de las restricciones de la pandemia de COVID-19 han incrementado el riesgo de transmisión transfronteriza del sarampión y su propagación, particularmente en zonas con baja cobertura vacunal.
Alarmantemente, se han reportado casos en países donde el sarampión había sido eliminado como enfermedad endémica. La OMS advierte que incluso los países que han logrado erradicar el sarampión están en riesgo de experimentar brotes importantes si no se mantiene una alta tasa de vacunación infantil sistemática, idealmente al menos del 95%, en todos los países.
Ante el resurgimiento de casos en 2023, la OMS subraya la importancia de abordar las disparidades en la vacunación; según la organización: «Las estrategias de inmunización adaptadas localmente que abordan las disparidades identificadas y promueven la equidad en la vacunación deben ser fundamentales para nuestros esfuerzos de cara al futuro».
Para combatir eficazmente el sarampión, la OMS considera «imperativo» alcanzar y mantener una cobertura vacunal superior al 95% con dos dosis de la vacuna. Por ende, la organización concluye que «todos los países deben dar prioridad a la consecución de una elevada cobertura de vacunación sistemática y a la eliminación de los vacíos de inmunidad».