Por primera vez en la historia de Estados Unidos, un preso ha sido ejecutado mediante el uso de gas nitrógeno en el estado de Alabama. Kenneth Eugene Smith, condenado a pena de muerte por un asesinato por encargo en 1988, se convierte así en la primera víctima de este método, incluso prohibido en el ámbito animal.
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Las últimas palabras de Smith resonaron en la sala de ejecuciones: «Esta noche Alabama hace que la humanidad dé un paso atrás«. El recluso de 58 años, quien pasó 35 en el corredor de la muerte, fue sometido a la inhalación de gas nitrógeno, marcando un hito en las ejecuciones en el país.
La elección de este método ha generado fuertes críticas, incluso a nivel internacional. La ONU advirtió previamente que el uso de gas nitrógeno en ejecuciones es considerado «tortura«, una práctica rechazada incluso por los veterinarios. Kenneth Smith había solicitado una intervención de último minuto para evitar su ejecución, argumentando que este método era cruel.
A pesar de las peticiones de clemencia y las advertencias internacionales, la ejecución se llevó a cabo sin contratiempos. Esta no fue la primera vez que Smith enfrentó la cámara de ejecuciones; en 2022, un intento de inyección letal fue frustrado al no hallar la vena adecuada.
Alabama se suma a Oklahoma y Mississippi como uno de los tres estados que autorizan la hipoxia de nitrógeno como alternativa a métodos más tradicionales de pena capital. Este suceso, sin duda, avivará el debate sobre la ética de los métodos de ejecución y la pena de muerte en Estados Unidos.