El Gobierno de España, representado por su ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha reafirmado su compromiso de continuar apoyando financieramente a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA). Esta decisión se mantiene firme a pesar de las recientes acusaciones de Israel, que implican a una docena de empleados de UNRWA en actividades relacionadas con ataques de Hamás y otras milicias palestinas desde Gaza en los sucesos del pasado 7 de octubre.
A diferencia de España, otros países como EE.UU., Italia, Reino Unido, Canadá, Australia, Alemania, Países Bajos, Suiza y Finlandia, han optado por suspender su financiación a la UNRWA a raíz de estas acusaciones.
Como respuesta, la UNRWA ha tomado medidas disciplinarias despidiendo al personal implicado y ha iniciado una investigación interna. Antonio Guterres, secretario general de la ONU, ha instado a mantener el apoyo financiero a la agencia, subrayando la importancia crítica de su ayuda humanitaria para los palestinos en Gaza, que actualmente enfrentan una intensa operación militar israelí. Desde Hamás, se ha emitido una negativa rotunda a las alegaciones de colaboración con la agencia.
Durante la sesión en la comisión de Asuntos Exteriores del Congreso celebrada este lunes, Albares enfatizó que la investigación se centra en «una decena» de empleados de un total de aproximadamente «30.000 trabajadores» de la UNRWA. Además, aprovechó la ocasión para solicitar el apoyo de los diputados a la postura del Gobierno español, que aboga por un alto al fuego y la liberación de los rehenes en poder de Hamás, y propone una conferencia de paz para avanzar hacia el reconocimiento del Estado palestino.
Según datos proporcionados por el Ministerio de Sanidad de la Franja, desde el inicio de la guerra en Gaza, al menos 26.422 personas han fallecido y 65.087 han resultado heridas. En el ataque del 7 de octubre por Hamás, se registraron al menos 1.200 víctimas mortales en territorio israelí y 240 secuestros, de los cuales se estima que 136 personas permanecen en la Franja.