El empresario Elon Musk ha asegurado haber logrado uno de sus retos más desafiantes: la inserción de un chip en el cerebro humano. Este avance abre un nuevo horizonte de posibilidades, tan emocionante como controvertido. La capacidad de manipular dispositivos electrónicos simplemente con el pensamiento, sin movimiento físico, es ahora una realidad.
Remontándonos a tres años atrás, Musk nos sorprendía con la demostración de un primate interactuando con videojuegos, manejándolos únicamente con su mente, gracias a un dispositivo inalámbrico desarrollado por Neuralink.
El visionario empresario ha dado un salto hacia el futuro con la primera implantación de esta tecnología en un ser humano. Un robot quirúrgico de alta precisión ha realizado la inserción del implante, equipado con más de 1.000 electrodos capaces de registrar la actividad neuronal, con el fin de facilitar la interacción entre cerebros y computadoras.
Los primeros resultados han sido alentadores, mostrando notables picos neuronales. El paciente, según informa Musk, se recupera satisfactoriamente.
El propósito principal de Neuralink es «conectar cerebros humanos a ordenadores» y así permitir su control mediante el pensamiento. Este avance no solo es revolucionario en términos tecnológicos, sino que también promete ser una herramienta crucial en el tratamiento de trastornos neurológicos complejos. Las primeras pruebas de estos implantes neuronales están dirigidas a personas que han perdido la funcionalidad de sus extremidades.
El dispositivo de Neuralink ha sido bautizado como «Telepathy», y su introducción ha generado un intenso debate. La confluencia de tecnología, medicina y ética en este desarrollo es un tema de gran relevancia en el mundo actual.